Fernando, PESCADOR ARTESANO de LA VIEJA. Técnica tradicional para la pesca de este pez | Documental

Fernando, PESCADOR ARTESANO de LA VIEJA. Técnica tradicional para la pesca de este pez | Documental

Una de las especies piscícolas más representativas de las Islas Canarias es sin duda alguna "la vieja". Este pescado goza de una gran aceptación y su pesca supone un recurso económico complementario para algunos isleños. Fernando Benítez es uno de esos pescadores tradicionales de Fuerteventura que domina la técnica de la caña para la pesca de la vieja, pero la caña para pescar la vieja es especial y termina en una fina punta fabricada a partir de dos cuernos de macho cabrío. Lo tengo a remojo un mes o más de un mes. Y si está dos meses mejor, y si está tres meses mejor. Para poder trabajar bien los cuernos Fernando los introduce en el agua del aljibe dejándolos hundir en la capa de fango y lodo pues como él dice los pone más amorosos y fácil de trabajar. Cuando el cuerno quedó bien cocido en el fango, nuestro amigo el pescador lo cortó a lo largo golpeándolo con un cortahierros y luego lo rebajó con la escofina. Cuando está húmedo, llega el momento de trabajarlo con una navaja para reducir su grueso sin debilitarlo. Una punta larga señala mejor el pescado, pero también se parte fácilmente. Por lo general, una punta bien fabricada y cuidada suele durar varios años y aguantar más de 20 kilos de peso. Cuanto más fina sea, mejor señalará la picada de los peces. Fernando utiliza los cuernos de macho cabrío de 2 o 3 años ya que son los más fuertes para fabricar las dos piezas que lleva la punta. Esto ya está bien. Y es que como la longitud de los cuernos no es suficiente para obtener la punta de una caña nuestro amigo Fernando deberá unir dos puntas, una más fina que la otra llamadas "punta" y "sobrepunta". Para mí ya queda bien. Como hay muchos caprichos, el capricho mío es el que vale en ésto, ahora, los demás no sé yo. Con un alambre acerado muy fino, resistente a la corrosión del agua salada Fernando une las dos piezas. Luego, en el extremo de la sobrepunta ata la hilera que es un trozo corto de cuerda. La hilera larga coge mucho viento, y es más refolona, se cuela más el pescau. La hilera pequeña,... Yo, la hilera mía es ésta, ésto es la hilera mía, ésta. Cuando ya tiene terminada la punta la fija al extremo de la caña de bambú con el mismo tipo de alambre. Para repletar bien el alambre de la fijación de la punta con la caña, Fernando inserta un calce de bambú en la juntura. Ahora ya tiene su caña preparada para salir a pescar. Ya esta la caña preparada. Mírela aquí. Pero para pescar "la vieja" se necesita carnada. Todas las mañanas nuestro amigo el pescador dedica algunas horas a coger unos pequeños cangrejillos que hay en determinadas zonas de la costa de Caleta de Cotillo llamadas "carnaeros". Fernando lleva desde los 15 años pescando "la vieja" por el sistema tradicional de caña. A sus 70 años todavía no ha utilizado redes ni otras artes de pesca a las que él considera perjudiciales para la especie porque dejan pescado muerto en el agua. Que si ha cambiau, pero mucho. Entonces se cogía más pescado y había más pescado. El pescau hoy ya no se coge porque hay mucho arte, muchas nasas. Los que trabajan en tierra son los peores porque echan nasas y de todo. El profesional de la pesca, ese lo están matando los que trabajan en tierra. Los pequeños cangrejos se esconden debajo de las piedras y para cogerlos con facilidad Fernando se ayuda del mirafondos. Esto es carnada, esta es la verdadera. Esto es una jaca, esto es distinto a la carnada. También se cogen viejas con ésto. Va para el pescado grande, roqueras, bocinegros,.. viejas parejas, viejas grandes, lo demás no. Como experto en la técnica de la caña, este pescador tradicional conoce las diferentes carnadas y sus propiedades para atraer a unas u otras especies. Esta carnada, esta es negra, es filo y esta es colorada, y esta carnada es mejor que ésta. Esta es más amorosa. Que le gusta más, es más amorosa Hay dos clases de carnada, porque la de filo es más dura. Es más dura, y la otra es más amorosa, y como es más amorosa, le tira más También hay diferentes clases de viejas como la parda, la lora, la melada... Cada una tiene diferentes dificultades para su captura. Vengo de coger carnada para la vieja bellisquera, que la vieja recalada la coge cualquiera A Fernando le gusta utilizar carnada de varios días. Para conservarlos cangrejillos en perfecto estado, los guarda con arena en un cesto y luego los dejara en la nevera hasta su utilización. En la nevera y mañana por la mañana la saco para pescar. Hoy nuestro amigo Fernando ha decidido pescar desde la orilla porque hace mucho viento y el mar está bastante revuelto para salir con la barca. Al llegar a las zonas de paso de "la vieja" ata el hilo de nylon con el anzuelo en su extremo a la hilera del cuerno. Según su tamaño, este veterano pescador de caña utiliza en cada lance 1 o 2 cangrejillos como carnada. La extrema voracidad y su mandíbula dentada en forma de pico de loro hacen que esta especie de pescado encuentre en los pequeños cangrejillos un exquisito manjar. Con su casi imperceptible movimiento, resultante de la flexibilidad resistencia y sensibilidad de la punta, el cuerno indica el momento en que "la vieja" trata de comerse el cebo. "La vieja" es un pez de gregario que se desplaza en forma de bancos. Fernando tiene un instinto especial y unos precisos conocimientos fruto de la experiencia de toda una vida para conocer los movimientos de "la vieja" y sus lugares de paso habituales o pasadizos según el estado de las mareas. Aunque el día no es muy bueno, Fernando ha decidido salir a pescar en la barca con su hijo. Con el mirafondos busca el sitio exacto del pasadizo por donde están comiendo los peces. Nuestro amigo el pescador ha encontrado un banco de pescado e inicia las capturas de cualquiera de las variedades de "vieja" que se dan en la isla de Fuerteventura. La parda, la melada, la lora.. Hay viejas meladas, hay viejas pardas, hay viejas loras y viejas coloradas, Hay tres clases de viejas. Esta es melada. Parece que el lugar de paso ha sido bien elegido y se presenta una buena jornada de pesca. El mar está bravo y padre e hijo fondean bien la barca con el ancla. "La vieja" se pesca a la orilla de la costa durante todo el año cuando la mar está buena. Fernando es de esos pocos pescadores que casi todos los días salen a pescar "la vieja", bien desde la orilla o desde su pequeña barca. Ello le obliga a cuidar con esmero su principal herramienta la caña de bambú, que debe estar bien pintada para que no se raje o se pudra. Cuando ya ha transcurrido ese tiempo de paso de "las viejas" llega el momento de regresar con todas las capturas. En el puerto ha dejado amarrado su pequeño barco a motor y con la barquita de remos se acerca hasta la playa, donde siempre le espera algún comprador dispuesto a llevar este producto fresco a sus clientes. La jornada pesquera ha sido normal, 42 kilos de "vieja" es una cantidad pequeña si tenemos en cuenta que algunos días estos dos pescadores llegan a capturar alrededor de 100 kilos de pescado. Fernando ha reservado algunas "viejas" para jarearlas, es decir, para conservarlas con sal después de extraerles las tripas y vísceras. Ahora se jarean, se echa sal y mañana se lavan y se tienden, y después de secas, se recogen. Y cuidado que la caga la mosca, cuidado con ella. Para que "las viejas" no se pudran y se conserven bien, nuestro amigo el pescador tiene en cuenta dos factores importantes. Primero que no acuda la mosca y deposite los huevos en su carne y segundo lavarlas bien en el agua salada. Cuando está limpio el pescado, Fernando lo cubre con sal y lo tiende al sol sobre una roca para que se seque. Esto aguanta conservado seco, aguanta meses. Antes lo embarcaban para Tenerife. "Las viejas" éstas, las secaban y despues las mandaban para Tenerife Para que le pase bien el aire y se seque con normalidad, Fernando coloca en la espina una piedrecita que la mantenga separada de la carne. Luego no se cierra el daño así. Si se cierra así, la vieja no se seca, y hay que abrirle el laño y ponerle una piedra o ponerle un palito, lo que sea. Para Fernando Benítez y su familia la pesca de "la vieja" ha sido un modo de vida más, entre todos aquellos que el hombre ha conocido a lo largo de la historia para sobrevivir en una sociedad tradicional. Pero además, para este pescador artesano de la isla de Fuerteventura la pesca con caña es una filosofía de vida, fruto de una convivencia diaria con este entorno que le vio nacer.

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