Bizcocho de YOGUR esponjoso RECETA facil
o la reset eros y reset heras hoy vamos a preparar un bizcocho que además es muy fácil de hacer lo primero hacer es sacar un yogurt de su envoltorio ya que utilizaremos este envoltorio como medidor de cantidades una vez hecho esto ponemos unos huevos sobre un bowl y ahora llenamos el envoltorio de azúcar y lo añadimos al huevo y abatir se ha dicho batimos con una varilla o un tenedor durante unos minutos hasta que el huevo soy oxigenada bien y haya doblado su tamaño y después añadimos una pizca de sal que aunque sea una receta dulce potenciará mucho el sabor ahora añadimos con el envoltorio una parte de azúcar y otra de aceite de oliva y de nuevo zapatilla a batir [Música] y como esta receta se llama bizcocho de yogur por algo pues añadimos el yogurt del principio y después ponemos un tamiz o un colador encima y echamos tres partes de harina leudante o de repostería esta harina es una harina baja en gluten y es la harina que se utiliza para la repostería [Música] echamos también un sobre de unos 15 gramos de levadura química también conocida como polvos de hornear y dando unos ligeros toquecitos vamos tamizando la harina sobre la masa como ves la harina tamizada queda con una textura muy finita finalmente volvemos a batir e integrar todos los ingredientes hasta que quede con la textura que estás viendo para finalizar juntamos bien un molde con mantequilla [Música] y luego lo espolvoreamos con harina esto lo hacemos porque si no el bizcocho se va a pegar al molde y vamos a armar la de san quintín finalmente colocamos la masa en el molde sin dejar ni una sola gota en el bowl y lo horneamos 180 grados centígrados calor arriba y abajo durante los diez primeros minutos prohibido abrir el horno o si no el bizcocho bajarán estará listo en unos 30 minutos cuando los pinches con un tenedor y salga limpio bueno si te gusta este bizcocho haz click en el me gusta que este sencillo gesto me ayudara mucho muchísimo a hacer más vídeos no te pierdas ninguna receta suscribiéndote al canal y que viva la cocina