Gustave Flaubert-\"El corazón sencillo\"

Gustave Flaubert-\"El corazón sencillo\"

un corazón sencillo de gustave es un cuento ambientado en la época del autor y asociado a Madame bovary en la historia de una Modesta sirviente en la normandía rural del siglo 19 un aspecto muy interesante de este cuento es la fortaleza y la capacidad para sobreponerse al dolor que tiene su protagonista llamada felicidad Un hombre un tanto irónico pues su vida transcurre de desgracia en desgracia y ya vamos a dar comienzo Espero que te guste el corazón sencillo por gustave a lo largo de medio siglo las burguesas de le envidiaron a ubain su criada felicidad por 100 Francos al año guisaba y hacía el arreglo de la casa la baba planchaba sabíanbridar un caballo engordan las aves de corral mazar la manteca y fue siempre fiel a su ama que sin embargo no siempre es a una persona agradable se había casado con un mozo guapo y pobre que murió a principios de 1809 dejandole dos hijos muy pequeños y algunas deudas entonces vendió sus inmuebles menos la fincas de tuquets a la que grefot que rentaban a lo sumo 5000 francos y dejó la casa endesa en Berlín para vivir en otra menos dispendiosa que había pertenecido a sus antepasados y estaba detrás del mercado esta casa revestida de pizarra se encontraba entre una travesía y una callecita que iba a parar al río en el interior había desigualdades de nivel que hacían tropezar un pequeño vestíbulo se paraba la cocina de la sala donde Madame se pasaba el día entero sentada junto a la ventana en un sillón de paja alineadas contra la pared pintadas de blanco 8 sillas de caoba un piano viejo soportaba bajo un barómetro una pirámide de cajas y carpetas a uno y otro lazo de la chimenea de mármol amarillo y de estilo Luis XV dos butacas tapizadas el reloj en el centro representaba un templo de festa y todo el aposento olía un poco humedad Pues el suelo estaba más bajo que la huerta en el primer piso en primer lugar el cuarto de Madame muy grande empapelado de un papel de flores pálidas y presidiendo El retrato de messie en atavíos de petimetre esta sala comunicaba con otra habitación más pequeña en la que había dos cunas sin colchones después venía el salón siempre cerrado y abarrotado de muebles cubiertos con fundas de algodón sequían pasillo que conducía un gabinete de estudio libros y papeles guarnecían los estantes de una biblioteca de dos cuerpos que circundaban una gran mesa escritorio de madera negra los dos paneles en sconce desaparecían bajo dibujos de pluma paisajes a la guache y grabados de judran recuerdos de un tiempo mejor y de un lujo que se habían fumado en el segundo piso una claraboya iluminaba el cuarto de felicidad que daba los Prados felicidad se levantaba al amanecer Para no perder misa y trabajaba hasta la noche sin interrupción después terminada la cena en orden la vajilla y bien cerrada la puerta tapaba los tizones con la ceniza y se dormía ante la lumbre con el rosario en la mano nadie más tenaz que ella en el regateo en cuanto a la limpieza sus relucientes cacerolas eran la desesperación de las demás criadas ahorrativa comía despacio y recogía con el dedo las Migajas del Man caídas sobre la mesa un pan de 12 libras cocido expresamente para ella y que le duraba 20 días en toda la estación llevaba un pañuelo de Indiana sujeto a la espalda con un imperdible un gorro que le cubría el pelo medias grises refajo encarnado y encima de la blusa un delantal con peto como las enfermeras del hospital tenía la cara en j y la voz chillona a los 25 años le echaban 40 desde los 50 ya no represento ninguna edad y siempre silenciosa erguido el talle y mesurado los ademanes parecía una mujer de madera que funcionara automáticamente había tenido como cualquier otra su historia de amor su padre un albañil se había matado al caer de un andamio luego murió su madre sus hermanas se dispersaron las recogió Un labrador y la puso de muy pequeña guardar las vacas en el campo tiritaba vestida de harapos bebía tumbada boca abajo el agua de los charcos le pegaban por la menor cosa y acabaron echándola por un robo de 30 sueldos que no había cometido entró en otra alquería llegó en ella a moza de corral y como daba Justo a los amos los compañeros de faena le tenían envidia una tarde del mes de agosto tenía entonces 18 años la llevaron a la romería de codevil se quedó pasmada estupefacta por el estruendo de los rascatripas las luces en los árboles la variedad abigarrada de los trajes los encajen Las Cruces de oro aquella masa de gente soltando todos a la vez se mantenía apartada modestamente cuando un mozo muy atildado y que fumaba en pipa apoyado de codos en la barra de un toldo se acercó a invitarla a bailar la convidó a sidra a café a galletas le regaló un pañuelo y creyendo que la moza le correspondía se ofreció a acompañarla a la orilla de un campo de avena la tumbó brutalmente felicidad se asustó y empezó a gritar el mozo escapó otra tarde en la carretera de viamonte felicidad quiso adelantar a un gran carro de hierba que iba despacio y ya rozando las ruedas reconoció Teodoro el mozo la abordó tranquilamente diciendo que tenía que perdonarle porque era culpa de la bebida felicidad no supo que contestar y estuvo por echar a correr enseguida Teodoro habló de las cosechas y de notables del municipio pues su padre se había ido a Cole vida la finca de lecotts de modo que ahora eran vecinos Ah exclamó la muchacha el mozo añadió que deseaban casarle pero él no tenía prisa y esperaba una mujer que le gustara felicidad bajo la cabeza Teodoro le preguntó si pensabas casarse respondió ella sonriendo que estaba mal burlarse no no te lo juro y con el brazo izquierdo le rodea o la cintura la muchacha andaba sostenida por aquel el brazo a cortaron el paso el viento era suave brillaban las estrellas oscilaban de ellos la enorme carretada y los cuatro caballos arrastrando Los cascos levantaban polvo después sin que lo mandaran doblaron a la derecha; él la besó otra vez ella se perdió en la oscuridad la semana siguiente Teodoro llegó a obtener citas se encontraban al fondo de los patios detrás de la pared debajo de un árbol Solitario felicidad no era inocente como la señoritas los animales la habían enseñado pero la razón y el instinto de la honra le impidieron caer esta resistencia exasperó el amor de Teodoro hasta tal punto que para satisfacerlo O quizá inocentemente le propuso casarse con ella felicidad no escapaba de creerlo Teodoro le hizo grandes juramentos Al poco tiempo confesó una cosa desagradable el año anterior sus padres le habían comprado un sustituto pero cualquier día podrían volver a llamarle la idea de ir al servicio les espantaba Esta cobardía fue para felicidad una prueba de cariño; el suyo se duplicó se escapaba por la noche y el llegar a la cita Teodoro la torturaba con sus acaloramientos y su porfía finalmente le anunció que iría el mismo a la jefatura enterarse y le diría el resultado el domingo siguiente entre las 11 y las doce de la noche [Música] llegado el momento felicidad corrió al encuentro del novio en su lugar encontró a un amigo de Teodoro el amigo le dijo que no debía volver a verle para librarse del servicio Teodoro se había casado con una vieja muy rica Madame le puseis de un dolor desmesurado Se tiró al suelo rompió a gritar invocó a Dios y estuvo gimiendo completamente sola en medio del campo hasta el amanecer después volvió a la alquería dijo que pensaba marcharse y pasado mes le dieron la cuenta envolvió todo su equipaje en un pañuelo y se fue a punt delante de la posada preguntó a una señora con toca de viuda y que precisamente buscaba una cocinera la muchacha no sabía gran cosa pero parecía tener tan buena voluntad y tampoco se exigencias que madan aubene acabó por decir Bueno te tomo al cabo de un cuarto de hora felicidad estaba instalada en la casa de madama opain al principio vivió como temblando por la impresión que le causaban el señorío de la casa y el recuerdo de misé planeando sobre todo Pablo y Virginia el 1 de 7 años la otra es de cuatro no cumplidos le parecían hechos de una materia preciosa los gargapa a caballo sobre la espalda y mandan aubain le prohibió besarlos a cada paso lo que le dolió sin embargo estaba contenta la apacibilidad del medio había disipado su tristeza todos los jueves iban unos amigos a jugar una partida de Boston felicidad preparada de antepano las cartas y las rejillas llegaban a las 8 en punto y se marchaban antes de las 11 todos los lunes por la mañana echan Marinero que vivía debajo de la avenida exponía en el suelo su chatarras después la localidad se llenaba de un runruneo de voces en el que se mezclaban relinchos de caballos validos de corderos grullidos de cerdos con El traqueteo Seco de los carros en la calle al mediodía en lo animado del mercado aparecía en la puerta un viejo campesino de elevada estatura la gorra echada hacia atrás la nariz ganchuda era robelín el colono de los grifos Al poco tiempo llegaban el granjero de pequeño gordo Colorado con chaqueta gris y polainas armadas después los dos traían a Lama gallinas o quesos felicidad descubría invariablemente sus marrullerías y ellos se iban llenos de respeto a felicidad en épocas indeterminadas Madame aubain recibía la visita del Marqués de griezmann un Dios suyo arruinado por la mala vida y que vivía en falais del último pedazo de tierra que le quedaba se presentaba siempre a la hora de comer con un horrible caniche que ensuciaba con las patas todos los muebles a pensar de sus esfuerzos por parecer un caballero hasta el punto de llevarse la mano al sombrero cada vez que decía mi difunto padre la costumbre lo podía se servía de beber paso tras bases y soltaba de vergüenzas felicidad le empujaba afuera no se imitamientos ya ha bebido bastante bestia desde David hasta otra vez y cerraba la puerta se la habría con gusto a messieuréis antiguo procurador su corbata blanca y su calvice la chorrera de la camisa la amplia levita parda la maneta de sorber El rapé doblando el brazo toda su persona le producía ese pasmo que nos causa el espectáculo de los hombres extraordinarios como administraba las propiedades de Madame se encerraba con ellas durante horas en el gabinete de pencié y siempre tenía miedo de comprometerse respetaba muchísimo a la magistratura tenían sus pretensiones de saber la para enseñar a los niños de manera agradable Les regaló una geografía en estampas que representaban diferentes escenas del mundo de los antropófagos con plumas en la cabeza un Bono que se llevaba una doncella beduinos en el desierto Pescadores clavando el arpón a una ballena etcétera Pablo dio felicidad la explicación de las estampas y hasta fue su única instrucción literaria la de los niños corría cargos de guyot un pobre empleado del ayuntamiento famoso por su buena letra y que afilaba el corta plumas en la bota cuando hacía buen tiempo iba temprano a la finca de grefusa el patio estaba en cuesta la casa en el centro y a lo lejos se veía al mar como una mancha gris felicidad sacada de su capacho lonchas de carne fría y almorzaban en una Estancia contigo a la lechería era el único resto de la casa de recreo ya desaparecida el papel de la pared en girones que temblaban con las corrientes de aire Madame aupain inclinaba la frente abrumada de recuerdos los niños no se atrevían a hablar pero hizo a jugar les decían y escapaban Pablo subía al carnero atrapaba pájaros hacia remolinos en la charca y golpeaba con un palo a los grandes toneles que resonaban como tambores Virginia daba de comer a los conejos se precipitaba para acoger azulinas y al correr descubría sus pantaloncitos bordados una tarde de otoño volvieron por los Prados la luna en cuarto creciente alumbraba una parte del cielo y sobre la sinuosidades de flotaba como una niebla unos bueyes echados en medio del Prado miraban tranquilamente pasar a aquellas cuatro personas en el tercer pastizal se levantaron algunos y la rodearon no tenga miedo dijo felicidad y murmurando una especie de romance le pasó la mano por el Espinazo al que estaba más cerca el animal Dios media vuelta y los otros le invitaron pero ya atravesado el pastizal siguiente oyeron un bramido formidable editan todo lo que por la niebla no habían visto avanzó hacia las dos mujeres Madame oubain iba a echar a correr no no no fallaste una prisa sin embargo aceleraron el paso y oían detrás de ellas un resoplar sonoro que se iba acercando las pezuñas golpearon Como martillo la hierba de la pradera ahora galopaba felicidad se volvió y con ambas manos se puso a arrancar terrones y tirarse los al toro a los ojos el toro bajaba el morro sacudía los cuernos y temblaba de furia bramando horriblemente en la linde del Prado con sus dos pequeños alteradísima buscaba la manera de franquear El resalto felicidad seguían dando hacia atrás ante el toro y tirándole terrones de césped que le cegaban a la vez Que gritaba corran corran obain bajo a la zanja empujó a Virginia después a Pablo se cayó varias veces intentando escalar en la luz y a fuerzas de valor lo consiguió el toro había arrinconado a felicidad contra una empalizada su baba le saltaba la cara; un segundo más y la destripaba a felicidad le dio tiempo a colarse entre dos estacas y el enorme animal muy sorprendido se detuvo este trance fue durante muchos años tema de conversación en Ponce deck felicidad no se envaneció nada de su hazaña sin ocurrirseles siquiera que había hecho algo Heroico su única preocupación era Virginia pues le quedó del susto una afección nerviosa y messie puth el doctor aconsejó los baños del mal de trufill en aquel tiempo no eran frecuentados Madame opain se informó consultó a buráis y sobre preparativos Como para un largo viaje el equipaje salió a la víspera en el carro de liévar al día siguiente trajo dos caballos uno de ellos con una silla de mujer provista de un respaldo de terciopelo y en la que la grupas del segundo una especie de asiento formado por una capa enrollada Madame aubaín montó en el de detrás del líbar felicidad se encargó de Virginia y Pablo montó el asno de Messi y el chaputs prestado con la condición de que lo cuidara mucho la carretera era tan mala que tardaron dos horas en recorrer los 8 kilómetros los caballos se hundían en el barro hasta las cuartillas y para salir hacían bruscos con movimientos de ancas o bien tropezaban en los baches otras veces tenían que saltar en ciertos lugares la yegua de llevar separaba de pronto el hombre esperaba pacientemente que echar a andar de nuevo y hablaba de las personas cuyas propiedades volteaban el camino añadiendo su historia reflexiones Morales así en el centro de tuquets al pasar bajo las ventanas rodeadas de capuchinas dijo encogiéndose de hombros ahí tenemos a una Madame lechuzas que tal vez hace tomar un mozo felicidad no oyó los caballos trotaban el burro galopaba tomaron unos por el sendero se abrió una Portilla aparecieron dos muchachos y Los viajeros se apearon delante del estiércol en el umbral de la puerta la tía y el bar al ver a su ama Se deshizo en demostraciones de alegría le sirvió de almuerzo un solomillo callos morcilla pepitoria de gallina sidra espumosa una tarta de frutas y ciruelas en aguardiente todo ello acompañado de cumplidos a la señora que parecía mejor de salud a la señorita que se había puesto hermosa al señorito Pablo que habían cortado mucho sin olvidar los difuntos abuelos a los que los liétar habían conocido pues estaban al servicio de la familia desde hacia varias generaciones la granja tenía como ellos un carácter de ancianidad [Música] las vigas del techo estaban carcomidas las paredes negras de humo los cristales grises de polvo en una parador de Roble había toda clase de utensilios jarras platos escudillas de estaño trampas de cazar lobos forces para las ovejas una jeringa enorme hizo reír a los niños no había en los tres patios son solo árbol que tuviera setas al pie del tronco o una mata de muérdago en las ramas el viento había derribado varios habían retoñado por el centro y todo se doblaban bajo el peso de las Manzanas las techumbres de paja que parecían terciopelo pardo y se desigual espesor resistían a las más fuertes borrascas pero la carretería estaba en ruinas madama ubay dijo que se iba a ocupar de esto y mandó renovar la guarniciones tardaron todavía media hora en llegar a trouville la pequeña caravana se pegó para pasar los escorts era un acantilado al pie del cual se veían los barcos y pasados tres minutos al final del muelle entraron en el patio de la jinete terror en casa de la tía David Desde los primeros días Virginia se sintió menos débil resultado del camino de aires y de la acción de los baños A falta de bañador las tomaba en camisa y su muchacha la bestia después de una garita de aduanero que utilizaban los bañistas después de comer iban con el burro más allá de ros noir por la parte de niquil al principio el sendero subía entre los terrenos ondulados como el césped de un parque luego llegaba un alto donde alternaban los Prados y las tierras labranzas en la orilla del camino entre los zarzales sobresalían los acebos acá y allá un gran árbol muerto trazaba sobre el aire azul en Zig Zag de sus ramas casi siempre descansaban en un Prado con deuville a la izquierda le abra a la derecha y enfrente el mar abierto El mar estaba reluciente de sol liso como un espejo tan manso que apenas Se oía su orgullo viajan escondidos Los gorriones y todo esto bajo la inmensa cúpula del cielo Madame aobain sentada trabajaba en su labor de costura Virginia junto a ella trenzaba juncos Felicidades cardapa flores despliego Pablo se aburría y quería marcharse otras veces pasaban en Duquesa embarca en busca de conchas la marea baja dejaba al descubierto erizos moluscos medusas y los niños corrían para copos de espuma que llevaba el viento las olas dormidas al caer en la arena se extendían a los arcos de la playa era tan larga que se perdía de vista Pero por la tarde por la parte de tierra tenía por límite las dunas que la separaban de maíz una extensa pradera en forma de hipódromo cuando volvían por allí a cada paso se iba agrandando truefill al pie de la heladera de Otero y con todas sus caras desiguales parecían dispersarse y alegres desorden los días de mucho calor no salían de su cuarto la deslumbrante claridad de afuera trazaba barras de luz sobre las hojas de las celosías ningún ruido en el pueblo abajo en la seda nadie este dilatado silencio acentuaba la tranquilidad de las cosas a lo lejos los martillos de los calafates tapone abancarenas y una Brisa pegajosa atraía el olor del alquitrán la principal diversión era la rivada de los barcos en cuanto pasaban las balizas empezaban las instagear arribaban las velas hasta los dos tercios de los mástiles y con la mesana inflada como un globo avanzaban se deslizaban en el chapoteo de las olas hasta el medio del puerto donde echaban de repente el ancla enseguida el barco se arribaba el muelle Los Marineros descargaban por la borda montones de peces palpitantes los esperaba una fila de carros y unas mujeres con gorro de algodón se precipitaban a los cestos y a pesar a sus hombres un día Una de ellas aportó a felicidad y Al poco rato entró está muy contenta de la habitación había encontrado a una hermana y apareció Anastasia avarez casada con lerucks llevando un niño de teta en brazos de la mano derecha a otro niño y a su izquierda un grumetillo con los puños en las caderas y la bobina sobre la oreja al cuarto de hora Madame aubain la despidió los encontraban siempre cerca de la cocina o en los paseos que daban al marido no Se le veía felicidad les tomó cariño les compró una manta camisas un hortillo era evidente que la explotaban esa flaqueza irritaba madama obain a la que además no le gustaban las familiaridades de sobrino Pues tuteaba a su hijo y como Virginia tosía y la estación no era buena Madame opain volvió a ponle Beck me siento pobres le aconsejó sobre la elección de un colegio el de Caín tenía fama de ser el mejor a él mandaron a Pablo se despidió valiente satisfecho de ir a vivir en una casa donde habría chicos como él madama uvain se resignó a separarse de su hijo porque era necesario Virginia pensaba en él Cada vez menos felicidades echada en falta la bulla que metía pero vino a distraerla una ocupación a partir de Navidad llevaba todos los días a la niña al catecismo [Música] hacía en la puerta una genuflexión avanzaba bajo la alta nave entre las 12 filas de quesillas abría el banco de Madame obain se sentaba y echaba una mirada en torno suyo los niños de la derecha las niñas a la izquierda ocupaban los asientos del coro El cura permanecía de pie junto al atril en una vidriera de appside el espíritu santo dominaba la Virgen en otra estaba de rodillas ante el niño Jesús y detrás del Tabernáculo un grupo tallado en madera representaba a San Miguel abatiendo al dragón el cura empezó por resumir La Historia Sagrada felicidad creía estar viendo el paraíso el diluvio la torre de papel la ciudad desenvueltas en llamas pueblos que morían ídolos derribados y de este deslumbramiento conservó el respeto al altísimo y el temor a su cólera después lloró escuchando la pasión porque le habían crucificado a él que amaba a los niños alimentaban las multitudes curaba los ciegos y había querido por bondad hacer en medio de los pobres sobre el estiércol de un establo en su vida se encontraban la cementeras las cosechas los lacanes todas esas cosas familiares de que habría y hablaba el evangelio el paso de Dios las había santificado y abó más tiernamente a los corderos por amor del cordero a las palomas Por el Espíritu Santo le costaba trabajo imaginar su persona pues no era solo pájaro sino también una llama y otras veces un halito acaso su luz lo que revolotea por las noches en la rodilla de la charcas su aliento lo que empuja las nubes su voz lo que hace armoniosa en las campanas y permanecía en adoración gozando del frescor de las paredes y de la Calma de la iglesia en cuanto a los dogmas no entendía nada ni siquiera intentó entender el cura hablaba los niños recitaban felicidad acababa por dormirse y se despertaba De pronto cuando los niños se iban repiqueteando con los suecos sobre las glosas de esta manera a fuerza de oírlo aprendió el catecismo pues no había tenido en la niña es una instrucción religiosa y desde entonces imitó todas las prácticas de Virginia ayunando como ella confesándose cuanto a ella cuando el día del cuerpo se hicieron un monumento la primera comunión la atormentaba De antemano se asacáneo para los zapatos para el rosario para el libro para los guantes Con qué temblor ayudó a la madre a vestirla durante toda la misa sintió una especie de angustia Mesías le impedía ver una parte del coro pero justamente enfrente el rebaño de las vírgenes con sus coronas blancas encima de los celos echados sobre la cara formaba como un campo de nieve y felicidad reconocía de lejos a su querida pequeña por el cuello más bonito y el continente más recogido sonó la campanilla se inclinaron las cabezas y hubo un silencio cuando el órgano rompió a tocar los chances y la multitud entonaron el Ángel usted y luego comenzó el desfile de los niños y después de ellos se levantaron las niñas paso a paso juntas las manos se dirigían al altar todo iluminado se arrodillaban en el primer escalón recibían la sucesivamente y en el mismo orden volvían a su reclinatorios cuando le llegó el turno a Virginia felicidad se inclinó para verla y con la imaginación que dan los verdaderos amores le pareció Que ella misma era aquella niña su cara era la de ella sus vestidos la vestía ella su corazón la tía en su propio pecho en el momento en que la niña abrió la boca cerrando los párpados felicidad estuvo a punto de desmayarse al día siguiente temprano se presentó en la sacristía para que el señor cura le diera la comunión la recibió debutamente pero no gustó las mismas Delicias madama uva en quería que su hija fuera una señorita muy cumplida y como guyot no podía enseñarle inglés ni música decidió ponerla interna en las ursunilas de un flúor La niña se vino sin dificultad felicidad suspiraba encontrando Insensible a la señora después pensó que a lo mejor su ama tenía razón estas cosas rebasaban sus luces Por fin un día paró a la puerta un carruaje y se bajó de él una monja que iba a buscar a la señorita felicidad subió el equipaje a la Imperial hizo recomendaciones al cochero Y puso el baúl de 6 tarros de mermelada y una docena de peras junto con un ramillete de violetas en el último momento Virginia se echó a llorar a lágrimas viva se abrazaba su madre que la besaba en la frente repitiendo vamos se valiente se valiente se levantó el estribo y el coche se puso en marcha entonces la interesa de Madame ovain flaqueó y aquellas noches se presentaron para consolarla todos sus amigos el matrimonio los Adán Los Chapos las tintas al principio la privación de su hija le fue muy penosa pero tres veces por semana recibía carta suya los otros días Le escribía a ella paseaba por el jardín leía un poco y de ese modo llenaba el vacío de las horas por la mañana felicidad entraba por costumbre en el cuarto de Virginia Y contemplaba las paredes le daba pena no tener ya que peinarla atarde los cordones de las botas arroparla en la cama y no estar viendo siempre su linda cara no llevarla de la mano cuando salían juntas probó a llenar el tiempo haciendo encaje sus dedos demasiado torpes rompían los hilos no entendía nada; había perdido el sueño Estaba tal era su palabra ni nada por distraerse pidió permiso para recibir a su sobrino Víctor llegaba los domingos Después de misa Colorado los carrillos desnudo el pecho y oliendo al campo que había atravesado felicidad se apresuraba a ponerle la mesa almorzaban uno frente al otro y comiendo ella lo menos posible por ahorrar gasto de atiborraba tanto de comida que el muchacho acababa por dormirse a la primera campanada del toque a vísperas le despertaba le cepillaba el pantalón le hacía al lado de la corbata y se iba a la iglesia apoyada en el brazo del sobrino con un orgullo maternal los padres le encargaban siempre que se llevara algo un paquete de azúcar terciada jabón aguardientes a veces hasta dinero le llevaba sus gringos a la tía para que se lo remendara y felicidad aceptaba esta tarea contenta porque aquello le obligaba a volver en agosto el padre le embarcó en el cabotaje era el tiempo de vacaciones la llegada de los niños en la Consuelo pero Pablo se Estaba volviendo caprichoso y Virginia ya no tenía edad para tutearla lo que determinaba una situación violenta una barrera entre ellas Víctor navegó sucesivamente a morix a dunkerque a Brighton de cada viaje le trae un regalo la primera vez fue una caja de conchas la segunda una taza de café la tercera un gran peine piss en forma de hombre iba siendo un guapo mozo pues tipo un poco de bigote bonitos ojos Francos y una gorra de cuero echada hacia atrás como un piloto la entretenía contando la historia con términos marineros un lunes 14 de Julio felicidad no olvidó la fecha Víctor le dijo que se había enrolado para travesía largas y que a los dos días se iría en el barco de líneas de flor para embarcar en su coleta que salvaría pronto te leaf quizás tardaría dos años en volver la perspectiva de tan larga ausencia puso muy triste a felicidad y para despedirse de él otra vez el miércoles por la noche después de cenar con la señora calzo los suecos y les tragó las cuatro lenguas que separan por el efecto flor cuando llegó al Calvario en vez de tomar a la izquierda tomó a la derecha se perdió en unas obras volvió sobre sus pasos unas personas a quienes preguntó le dijeron que se diera prisa bordió la dársena lleno de barcos tropezaba con las amarras después el terreno fue bajando se entrecruzaron luces y felicidad se creyó loca porque veía caballos en el cielo en el borde del muelle relichaban otros asustados por el mar un polipasto nos levantaba del muelle y los bajaba un barco donde se tropezaban unos viajeros entre barriles de sidra cestos de queso sacos de cereales se oye cacarear gallinas El capitán juraba y un gourmete permanecía de codos en la se viola indiferente a todo aquello felicidad que no le había reconocido gritaba Víctor el grumete levantó la cabeza cuando felicitas se lanzaba hacia él retiraron de pronto la pasarela el barco que unas mujeres remolcaban cantando salios del puerto crujían las cuadernas lentas solas de azotaban la proa la vela había girado ya no se veía nadie y ponía sobre el bar plateado por la luna una mancha negra que iba palideciendo hasta que se hundió en el horizonte al pasar por el calvario felicidad quiso encomendar a Dios a lo que más quería y rezó mucho tiempo de pie llena de Lágrimas la cara los ojos mirando las nubes la ciudad dormía rondaban unos aduaneros y por las bocas de las cruza caía sin parar el agua por un ruido de torrente dieron las dos el locutorio no se abría antes del amanecer seguro que si volvía tardes se enfadaría la señora y a pesar de su deseo de dar un beso a la otra niña felicidad no espero cuando entraba en voz levec se despertaban las mozas de la Fonda de modo que el pobre chiquillo iba a pasar meses recorriendo el mundo sobre las olas sus anteriores viajes no le habían asustado de Inglaterra y de Bretaña se volvía pero a América las colonias las Islas todo eso estaba allá perdido Dios sabe dónde en el fin del mundo y felicidad ya no pensó más en su sobrino los días de sol la tormentada sed cuando había tormenta temía por él al rayo el oír el viento que zumbaba en la chimenea y se llevaba las pizarras le veía azotado por aquella misma tempestad en la punta de un mástil partido todo el cuerpo hacia atrás bajo una sábana de espuma o bien recuerdos de la geografía de estampa se lo comían los salvajes se lo llevaban los monos a un bosque se moría caminando a través de una playa desierta y felicidad no hablaba nunca de sus preocupaciones Madame obain tenía otras por su hija las buenas de las monjas decían que era cariñosa pero delica ducha la menor emoción le perturbaba hubo que abandonar el piano su madre exigía al convento una correspondencia fija una mañana que el cartero no llegaba a madango país e impaciente se paseaba por la sala de la butaca la ventana ella verdaderamente extraordinario cuatro días sin noticias para que se consolara con su ejemplo felicidad le dijo Pues yo se llora Hace seis meses que no tengo carta de quién la criada contestó despacio Pues de mi sobrino Ah tu sobrino y Madame encogiéndose de hombros reanudó su paseo lo que quería decir ni me acordaba de él además A mí que me importa un grumete un San pampling vaya una Mientras que mi hija Qué ocurrencia felicidad Aunque de crianza rústica se intinó contra la señora luego olvido le parecía muy natural perder la cabeza por causa de la pequeña los dos niños tenían la misma importancia los unía en su corazón y su destino tenía que ser el mismo el boticario le dijo que el barco de Víctor había llegado a la Habana él lo había leído en un periódico por los cigarros puros felicidad se figuraba que la Habana era un país donde no se hacía otra cosa que fumar y que Víctor circulaba entre negros en una nube de humo y tabaco se podía en caso de apuro regresar por tierra A qué distancia estaba ponte reflect para saberlo preguntó a mí si es buréis el hombre alcanzó su Atlas después se metió en explicaciones sobre la longitudes y tenía una sonrisa bondadosa de maestro ante el espasmo de felicidad Por último con su lapicero señaló en los picos de una mancha ovalada un punto negro imperceptible añadiendo aquí está felicidad se inclinó sobre el mapa aquella red de líneas de colores de cansaba la vista y no le decía nada y como buris la invitada a decir cuál era su perplejidad felicidad le pidió que le enseñará la casa donde estaba Víctor Boris levantó los brazos estornudos el río muchísimo semejante candor suscitaba su jovialidad y felicidad no entendía el motivo ella que esperaba quizás ver hasta el retrato de su sobrino pues así delimitada era su inteligencia pasados 15 días a la hora del mercado como de costumbre entró a llevar en la cocina y le entregó una carta que mandaba el cuyado como ninguno de los dos sabía leer felicidad en recurrió a su señora Madame opain que estaba contando los puntos de una labor de aguja la posó en su lado abrió la carta se estremeció y en voz baja con una mirada profunda dijo es una desgracia Que te comunican tu sobrino había muerto la carta no decía más felicidad se derrumbó sobre una silla apoyando la cabeza en la pared y cerró los párpados que se le pusieron de pronto color de rosa después inclinada a la frente las manos colgando fijo en los ojos repetía intervalos pobre chiquillo pobre chiquillo liedad la contemplaba suspirando Madame a ubai deblaba un poco le propuso ir a trovit la vez a su hermana felicidad contestó con un gesto que para qué hubo un silencio El Bueno del hierba juzgo conveniente retirarse entonces felicidad dijo a ellos que les importa volvió a bajar la cabeza y de vez en cuando maquinalmente levantaba las largas agujas sobre el costurero pasaron al patio unas mujeres con una zangadillas de las que goteaba un montón de ropa que acababan de lavar felicidad al verlas a través de los cristales se acordó de su colada la había hecho la víspera pero había que aclararla y salió de la casa su tabla y sutina estaban en la orilla del turquez echó junto a yo un montón de camisas se rebangó en puyó la pala y Los Fuertes golpes que daba llegaban a las huertas de al lado los Prados estaban desiertos el viento agitaba el río el fondo se inclinaban grandes hierbas como cabelleras de cadáveres flotando en el agua felicidad contenía su pena estuvo hasta la noche muy valiente pero ya en su cuarto se entregó boca abajo sobre el colchón la cara en la almohada y los puños en las sienes pasando mucho tiempo supo por el propio capitán de Víctor las circunstancias de su fin le habían sangrado demasiado en el hospital por la Fiebre amarilla le sujetaban cuatro médicos a la vez murió inmediatamente y el jefe dijo Bueno uno más los padres le habían tratado siempre brutalmente felicidad prefirió no verlos nunca más y ellos tampoco se preocuparon de ella por olvido o por el endurecimiento que da la miseria Virginia se iba debilitando opresión en el pecho 2 una fiebre continua y unas rosetas en los pulmones denotaban una afección profunda mesé había aconsejado una temporada en Providencia madangaobain se decidió y de no ser por el clima de ponle vec se habría traído enseguida a su hija a casa concertó un arreglo con un hombre que alquilaba coches la llevaba al convento los martes en el jardín hay una terraza desde la cual se ve el sena Virginia paseaba por ella del brazo de su madre sobre las hojas de barra caídas a veces mirando las velas en la lejanía y todo el Horizonte desde el castillo de estancarbil hasta los faros de leaf El sol atravesando las nubes le obligaba a entornar los párpados después descansaban en el senador la madre se había procurado un pequeño barril de excelente vino de y riendo ante la idea de emborracharse la niña bebía dos dedos nada más recuperó las fuerzas transcurrió el otoño apaciblemente felicidad tranquilizaba a la madre pero una noche en que había ido a llevar un recado a la cercanías se encontró ante la puerta el cabriolet de mesivo Park decía es pupar estaba en el vestíbulo Madame a opain se estaba atando el sombrero Dame la rejilla la bolsa los guantes más deprisa Virginia tenía un fluxión de pecho ella quizá acaso desesperado todavía no dijo el médico y subieron los dos al coche bajo los copos de nieve que caían en Torbellino estaba anocheciendo hacía mucho frío felicidad se precipitó a la iglesia para encender una vela después corrió detrás del cabriolé y lo alcanzó al cabo de una hora saltó ligeramente por la trasera y sostenida en las espirales se acordó de una cosa no habían cerrado el patio mira que si entran ladrones y se bajó al amanecer del día siguiente se presentó en casa del Médico había vuelto y se había marchado de nuevo al campo después felicidad se quedó en la Fonda creyendo que unos desconocidos traerían una carta por fin al apuntar el alba tomó la diligencia delicious el convento estaba al final de una callecita escarpada a mitad de la cuesta le llegaron unos Sones extraños un toque a muerto es por otro pensó y tiró fuertemente de la aldaba a los pocos minutos arrastraron Una chancletas entre abrió la puerta y apareció una monja la buena de la hermana dijo con aire compungido se acababa de pasar a mejor vida al mismo tiempo tocaban a muerto las campanas de San leotard felicidad llegó al segundo piso desde el umbral diviso a Virginia tendida de espalda tras las manos juntas la boca abierta y la cabeza echada hacia atrás bajo una cruz negra inclinada sobre ella entre las cortinas y móviles menos blanca que su cara Madame aupain al pie de la cama abrazada ella y pava con estertores de agonía a la derecha estaba de piela superiora tres candeleros sobre la cómoda proyectaban una mancha roja así la niebla blanqueaba las ventanas unas monjas se llevaron a Madame a opain felicidad se quedó dos noches al lado de la muerta repetía las mismas oraciones echaba agua bendita sobre las sábanas volvía a sentarse la contemplaba al final de la primera vela observó que la cara se había puesto amarilla los labios azules la nariz afilada los ojos hundidos se los besó varias veces y no se habría asombrado muchos y Virginia lo subiera abierto para estas almas lo sobrenaturales completamente natural la lavó la envolvió en el sudario la bajó al ataúd le puso una corona que extendió el pelo era Rubio y extraordinariamente largo para su edad felicidad cortó un gran mechón y se guardó la mitad en el pecho decidida no desprenderse nunca de él El cadáver fue trasladado a potlebec porque así lo dispuso madama ovaín que seguía al carruaje fúnebre en un coche cerrado después de la misa tardaron tres cuartos de hora más en llegar al cementerio Pablo iba en cabeza llorando de tres meses buráis luego los principales habitantes las mujeres con mantones negros y felicidad pensaba en su sobrino y como a él no había podido rendirle aquellos honores era una tristeza doble como si le enterraran con la otra la desesperación de madamaubain repasó todo Límite empezó por revelarse contra Dios acusándole de Injusto por haberle quitado a su hija a su hija que nunca había hecho mal y tenía la conciencia tan pura pero no ella debía haberla llevado otros médicos la habrían salvado se acusaban quería irse con ella gritaba de angustia en medio de sus pesadillas la obsesionaba sobre todo una su marido vestido de marinero volvía de un largo viaje y le decía llorando que había recibido orden de llevarse a Virginia Entonces se concertaban para buscar un escondrijo en algún sitio una vez volvió de la huerta como enloquecida acababan de aparecerse le señalaba el lugar el padre y la hija uno tras otro y no hacía nada la miraban pasó varios veces en su cuarto inerte felicidad la sermoneaba bondadosamente tenía que vivir para su hijo y para la otra entre cuerdo de ella ella exclamabaín como despertándose Ah sí sí tú no la olvidas alusión al cementerio que a ella le habría sido escrúpulosamente velado felicidad iba todos los días al cementerio a las cuatro en punto salía bordeaba las casas subía la cuesta habría la verja y llegaba la tumba de Virginia Era una pequeña columna de mármol rosa con una rosa al pie y unas cadenas en torno cerrado un anticillo los arriates desaparecían bajo una alfombras de flores felicidad regaba las hojas cambiaba la arena se arrodillaba para remover mejor la tierra cuando Madame a upain pudo ir al cementerio sintió un alivio una especie de Consuelo y pasaron los años todos iguales y sin más episodios que la repetición de las fiestas mayores las pascuas La Asunción Todos Santos algunos acontecimientos domésticos marcaban una fecha a la que se referían pasado el tiempo por ejemplo dos vidilleros en bartonaron el vestíbulo cayó al patio una parte del tejado y estuvo a punto de matar a un hombre en el verano le tocó a la señora ofrecer el pan Bendito por esta misma época se ausentó buris misteriosamente y poco a poco se fueron yendo los viejos amigos guyó le va Armando capot roblín el tío que en mambil paralítico Desde hacía tiempo una noche el conductor del coche correo llevó a Ponles la noticia de la revolución de julio a los pocos días llegó un nuevo su prefecto el varón lanzó en América y que tenía en su casa Además de su mujer a una cuñada con tres hijas ya bastante mayorcitas se las veía en el jardín vestidas con unas patas flotantes Tenían un negro y un loro Madame opaín recibió su visita y no dejó de devolvérsela en cuanto felicidad las veía aparecer por muy lejos que fuera corría a avisar a su señora pero solo una cosa era capaz de impresionar a Madame las cartas de su hijo disipado en los cafés no podía seguir ninguna carrera la madre le pagaba las deudas él contraía otras y los suspiros que lanzaba Madame opaín haciendo punto junto a la ventana llegaban hasta felicidad que hilaba en la cocina se paseaban juntas a lo largo del embarrado y hablaban siempre de Virginia preguntándose si esto o aquello le habría gustado que habría dicho probablemente en esta o aquella ocasión todas sus cosas ocupaban un armario en la habitación de dos camas Madame obainlas revisaba de tarde en tarde un día de verano se resignó y volaron del armario las mariposas de la polilla los vestidos estaban colocados bajo una tabla donde había tres muñecas unos aros un juego de cocina la palangana que Ella usaba sacaron también las falditas las medias los pañuelos y lo extendieron todo sobre dos camas antes de volver a doblarlo el sol iluminaba aquellas pobres prendas destacando las manchas y las arrugas formadas por los movimientos del cuerpo el aire está caliente y azul correaba un birlo todo parecía vivir una profunda dulzura encontraron un sombrerito de felpa de pelo largo color marrón estaba todo apolillado felicidad lo pidió para ella se pintaron fijamente se le llenaron de la gripa en los ojos la señora acabó por abrir los brazos la criada se arrojó en ellos y se abrazaron uniendo su dolor en un beso que las igualaba era la primera vez en su vida pues Madame obay no tenía un carácter expansivo felicidad se lo agradeció como una donación y desde entonces la quiso con una lealtad animal y una veneración religiosa la bondad de su corazón fue desarrollándose cuando oían la calle los tambores de un regimiento en marcha salía la puerta con un cántaro de sidra y ofrecía de beber a los soldados asistió a los enfermos de cólera protegía a los polacos y hasta hubo uno que se le propuso cazar con él pero se enfadaron pues una mañana al volver felicidad de al ángel luz le encontró en la cocina donde se había introducido y se había preparado una vinagreta que estaba comiendo tranquilamente después de los polacos fue el tío colmiche un viejo que tenía fama de haber hecho horrores el 93 vivían las orillas del Río en los escombros de una porqueriza los chicos de los limitaban por las rendijas de la pared y le tiraban piedras que caían en el camastro donde yacía continuamente sacudido por un catarro con el pelo muy largo inflamados los párpados y el brazo un tumor más grande que su cabeza felicidad le procuró ropa interior trató de limpiar su tugurio maquinaba trasladarle a la amasadero de la casa sin que molestarás la señora cuando reventó el cáncer le vendaba todos los días A veces le llevaba bizcocho le ponía al sol sobre la brazada de paja y el pobre viejo babeando y temblando se lo agradecía con su voz apagada tenía miedo de perderla extendía las manos en cuanto la veía alejarse murió felicidad mandó decir una misa por el descanso de su alma aquel día recibió una gran alegría a la hora de comerse presentó el negro de madanda Center llevando el loro en su jaula con su percha la cadena y el candado La baronesa le decía en una esquela a Madame opain que habían ascendido su marido a una prefectura y se marchaban aquella noche y le rogaba que aceptase aquel pájaro como recuerdo y en testimonio de sus respetos el loro ocupaba Desde hacía mucho tiempo la imaginación de felicidad Porque veía que venía de médica y esta palabra le recordaba a Víctor tanto que le hacía preguntas al negro una vez llegó a decir cuánto le gustaría a la señora tenerlo el negro se lo contó a su ama y esta no pudiendo llevarlo se deshacía de él de aquella manera el loro se llamaba Lulú tenía el cuerpo verde Rosa la punta de la sala en la frente azul y el buche dorado pero se empeñaba en la molestia Manía de morder la percha se arrancaba las plumas esparcía su excremento derramaba el agua del recipiente donde se bañaba y nada maobain le importunada y le dio para siempre a felicidad felicidad se dedicó a enseñarle el horno no tardó en repetir niño bonito servidor caballero Dios te salve María le había hecho un sitio detrás de la puerta y algunos le extrañaba que no contestarán nombre de perico Pues todos los loros se llaman Perico decía que era un pavo un adoquín esto era para felicidad como una puñalada que Manía la de Lulú de dejar de hablar en cuanto le miraban sin embargo el loro buscaba la compañía Pues los domingos mientras las señoritas leche Fury me sigue de abril y nuevos visitantes Mesías El capitán Mateo jugaba en su partida de cartas Lulú pegaba en los cristales Con las alas y armaba tan zambra que era imposible entenderse la cara de Boris debía de hacerle Muchas gracias En cuanto le veía empezaba a reír a reír con todas sus fuerzas el estrépito de su voz saltaba al patio el eco lo repetía los vecinos se asomaban a las ventanas se reían también y Mesías Boris para que el otro no le diera andaba pegado a la pared disimulando su perfil con el sombrero llegaba al río y entraba por la puerta de la huerta y las miradas que le echaba al pájaro no eran precisamente cariñosas el chico de la carnicería le había dado a Lulú un papirotazo porque se había permitido meter la cabeza en su cesta y desde entonces el loro trataba siempre de darle picotazos a través de la camisa fapu amenazaba con retorcerle el presupuesto Y eso que no era cruel a pesar del tatuaje que tenía los brazos y de las grandes patillas al contrario al loro le tenía más bien simpatía y hasta que hizo divertirse enseñándole palabrotas a felicidad le asustaban estas cosas y lo puso en la cocina le quitó la cadena y el oro andaba suelto por la casa cuando bajaba la escalera apoyaban los peldaños en La Curva del pico levantaba la pata derecha luego la izquierda y felicidad tenía miedo de que esta gimnasia le mareada se puso malo no podía hablar ni comer era un bultito que tenía debajo de la lengua como lo tienen a veces las gallinas felicidad le curo quitándole aquella costra con las uñas un día al señorito Pablo cometió la imprudencia de soplarle en las narices el humo del cigarro otra vez que Madame le ornó puso a hacerle rabiar con su sombrilla le agarró con el pico la contera por último se perdió felicidad le había posado en la hierba para refrescarle y se alejó un momento cuando Volvió el loro había desaparecido le buscó en los bardales a la orilla del agua y por los tejados sin escuchar a su señora que le gritaba; ten cuidado estás loca después se puso a buscarle por todos los jardines de pontevech paraba los transeúntes; ha visto usted Por casualidad mi loro a los que no le conocían se los describía de pronto creyó distinguir detrás de dos molinos al pie de la cuesta una cosa verde que revoloteaba pero nada un buhonero le aseguró que lo había visto hace un momento en Belén en la tienda de la tía Simón allá fue corriendo no sabían lo que quería decir por fin volvió cansadísima con las tanquetas rotas muertas de pena y sentada en medio del banco junto a la señora Le estaba contando todas sus diligencias cuando le cayó sobre el hombro un ligero peso Lulú qué diablos había estado haciendo A lo mejor había ido de paseo por los alrededores a felicidad le costó trabajo reponerse del susto o más bien no se repuso nunca cogió un enfriamiento y le vino una angina Al poco tiempo un dolor de oídos al cabo de tres años estaba sorda hablaba muy alto hasta en la iglesia Aunque sus pecados podían difundirse por todos los pueblos de la diócesis sin deshonor para echar y escándalo del mundo el señor cura juzgó oportuno no confesarla más que él la sacristía unos zumbidos ilusorios acababan de trastornarla su señora solía decirle Dios mío qué tonta eres y ella contestaba Sí señora buscando algo en torno suyo El pequeño círculo de sus ideas se redujo más aún y ya no existían para ella el carrillón de las campanas el mugido de las vacas todos los seres funcionaban con el silencio de los fantasmas ahora ya solo un ruido llegaba a sus oídos La Voz del loro como para distraerla reproducía el Tic Tac del asador el agudo pregón de un pescadero la sierra del Carpintero de enfrente y cuando sonaba la campanilla remedaba a Madame opaín felicidad la puerta la puerta sostenían diálogos él repitiendo hasta la saciedad las tres frases de sus repertorio y ella contestando con palabras que ya no tenían sentido Pero en las que le rebosaba el corazón en su aislamiento Lulú era casi un hijo un novio le subía por los dedos le mordisqueaba los labios se le agarraba el chal y cuando felicidad bajaba la frente balanceando la cabeza como las nodrizas las grandes alas del gorro y las alas del Pájaro se estremecían juntas cuando se amontonaban del lunes y retumbaba el trueno los luces ponía a gritar recordando quizás los aguaceros de su selvanales el correr del agua le producía una especie de delirio revoloteaba como un loco Se subía al techo lo tiraba todo y se iba por la ventana chapotear en la huerta pero volvía enseguida posarse en uno de los morrillos y dando saltitos para secarse las plumas Tan pronto mostraba la cola como el pico una mañana de terrible invierno felicidad que le había puesto frente a la chimenea por el frío le encontró muerto en medio de la jaula cabeza abajo y agarrado con las uñas a los alambres debió de matarle una congestión felicidad creyó que le habían envenenado con perejil Y aunque no tenía ninguna prueba sospechó de fabuo lloró tanto que su ama le dijo Bueno manda dice Carlos pidió consejo al boticario que siempre había sido bueno para el loro el boticario escribió aldefred un tal fecha ayer le encargó esta tarea pero como la diligencias extraviaban a veces los paquetes felicidades y yo llevarlo ella misma hasta office en las orillas de la carretera desfilaban los manzanos sin hojas las cunetas estaban cubiertas de hielo aullaban los perros en torno a las casas de labranza y felicidad con las manos metidas debajo de la toquilla con sus pequeños zuecos negros y su capacho caminaba de prisa por el medio de la carretera atravesó el bosque pasó a cheng llegó a seiyan detrás de ella un coche correo envuelto en una nube de polvo y acelerando cuesta abajo a galope tendido se percibitaba como una tromba viendo que aquella mujer no se apartaba el conductor se asomó por encima de la capota y el postillón se puso también a gritar mientras que los cuatro caballos que no podía sujetar aceleraban la marcha; los dos primeros las rozaban ya y el conductor de un tirón de las bridas los echó al borde pero furioso levantó el brazo y volteándolo a todo lo que daba le cruzó a felicidad al cuerpo con la fusta desde el vientre hasta el boño y el golpe fue tan fuerte que la tumbó de espaldas cuando recobró el conocimiento lo primero que hizo fue abrir la cesta por suerte Lulú no tenía nada sintió una quemadura en la mejilla derecha se llevó a ella las manos y se pusieron rojas sangraba se sentó en un montón de gravas se taponó la cara con el pañuelo después comió un mendrugo de pan que había puesto en la cesta por precaución y se consolaba con su herida Mirando al pájaro al llegar al alto de conville vio las luces de temblor que sentellaban en la noche como estrellas más lejos se extendía confusamente el mar un desfallecimiento la hizo detener si volvieron en tropel como la sola de una marea apretándole la garganta la miseria de su infancia La decepción del primer amor la partida de su sobrino la muerte de Virginia después que hizo ir a hablar con el capitán del barco y sin decir lo que iba en el paquete Le pidió que lo cuidara bien fletcher tardó mucho en devolver el oro prometía siempre mandarlo la semana siguiente al cabo de seis meses anunció que salía una caja y no se habló más del asunto era cosa de creer que Lulu no volvería nunca me lo habrán robado pensaba felicidad por fin llegó y llegó espléndido muy erguido en una rama de árbol atornillada en una peana de caoba una pata en el aire la cabeza entornada y mordiendo una nuez que él disecador por amor a lo grandioso había pintado de purpurina felicidad lo puso en su cuarto; este lugar donde dejaba entrar a poca gente parecía una mezcla de Capilla y de bazar tan lleno como estaba de objetos religiosos y de cosas heterócritas había un gran armario que estorbaba para abrir la puerta en frente de la ventana dando a la huerta un ojo de buey Mirando al patio junto al Cáceres de tijera una mesa con un jarro de agua dos peines y un pedazo de jabón azul en un plato de sportillado en las paredes se veían rosarios medallas varias vírgenes una pila de agua bendita hecha de una cáscara de coco sobre la cómoda cubierta con un paño como un altar la caja de conchas que le había regalado Víctor además una regadera y un globo cuaderno de caligrafía la geografía de estampas un par de botines y en el clavo del espejo es hombrecito de felpa colgado por las cintas felicidad llevaba tan lejos esta clase de respeto que hasta conservaba una levita del señor todas las antiguallas que ya no querían aubaín la escogía ella para su cuarto; Así es que había flores artificiales en el borde de la cómoda y el retrato del Conde de artois en el hueco de la claraboya Lulú quedó acomodado sobre una tablilla clavada en un saliente de la chimenea por las mañanas al despertarse felicidad lo veía la luz del Alba y entonces se acordaba de los días desaparecidos y de cosas insignificantes hasta en los menores detalles y se acordaba sin dolor plena de tranquilidad como no trataba con nadie vivía en un tolporte sonámbula las procesiones del cuerpo y las reanimaban para ir a pedir a los vecinos antorchas y esteras para adornar el altar que levantaban en la calle en la iglesia se quedaba siempre contemplando el espíritu santo y observo que tenía algo del loro sus semejanza le pareció más manifiesta aún en una imagen de final que representaba el bautismo de nuestro señor con sus alas de púrpura y su cuerpo de Esmeralda era el vivo retrato de compró esta estampa y la colgó en el lugar del Conde de artúa de suerte que de una misma ojeada los veía juntos se unieron en su pensamiento santificando el loro por aquella relación con el espíritu santo que así resultaba para ella más viva y más inteligible el padre para expresarse no había podido elegir una paloma Porque estos animales no tienen voz sino más bien un antepasado de Lulú y felicidad rezaba mirando la imagen pero de vez en cuando se volvió un poco hacia el pájaro le dieron ganas de hacerse de las hijas de María Magán ovaín la hizo a Dios surgió un acontecimiento importante la boda de Pablo después de haber sido pasante de notario de trabajar en el comercio en la aduana en las contribuciones y hasta de haber dado los pasos para ríos y bosques de pronto a los 36 años por inspiración del cielo descubrió su camino el registro y demostró en esto tan altas facultades que un inspector le ofreció su hija prometiéndole su protección Pablo convertido en hombre serio la llevó a casa de su madre la nuera de negro las costumbres de ponle vec se dio humo de princesa trató con desprecio felicidad cuando se marchó Madame sintió un alivio a la semana siguiente se supo que Messi puris había muerto En una fonda de La Gran Bretaña el rumor de un suicidio Se confirmó surgieron dudas sobre su propiedad Madame opain estudió sus cuentas y no tardó en conocer la retahíla de su fechorías desfalcos de atrasos centas de Maderas camoteadas recibos falsos etcétera Además tenía un hijo natural y relaciones con una turule estaturanerías la disfrutaron mucho en marzo le dio un dolor en el pecho tenía la lengua como cubierta de humo la sanguijuelas no calmaron la opresión y a los nueve días expiró a los 62 años recién cumplidos la creían menos vieja por el pelo castaño que le rodeaba el rostro pálido picado de viruelas pocos amigos la lloraron pero sus maneras eran de un altivez que distanciaba la gente felicidad la lloró como no se llora a los amos que la señora muriera antes que ella no le cabía en la cabeza le parecía contrario al orden de las cosas inadmisible y monstruoso a los 10 días el tiempo necesario para acudir desde sancom llegaron Los Herederos la nuera registró los cajones eligió algunos muebles vendió otros después Se volvieron al registro se fueron la butacas de la señora su velador su rejilla las ocho sillas en el lugar donde estuvieron los grabados se destacaban ahora unos cuadrados amarillos en medio de las paredes se habían llevado las dos cunas con sus colchones y en el armario ya no quedaba nada de los enseres de Virginia felicidad subió las escaleras muerta de tristeza al día siguiente había un anuncio en la puerta el boticario le gritó al oído que la casa estaba en venta felicidad se tambaleó tuvo que sentarse lo que más pena le daba era abandonar su cuarto tan cómodo para el pobre Lulú envolviéndole en una mirada de angustia y imploraba el espíritu santo y contrajo la costumbre y dos latas de rezar sus oraciones arrodillas ante el loro a veces entraba El Sol de la claraboya y daba en el ojo de vidrio de Lulú haciendo salir del un gran Rayo luminoso que ponía en Éxtasis a felicidad tenía una renta de 380 Francos que le había llegado su señora La huerta la abastecía de verduras en cuanto a la ropa tenía que vestirse hasta el fin de sus días y economizaba la luz acostándose a la anochecer apenas salía por evitar la tienda de chamarineros donde estaban expuestos algunos de los antiguos muebles desde que le dio el Mateo arrastraba una pierna y como sus fuerzas iban disminuyendo la tía Simón arruinada en la tienda de comestibles iba todas las mañanas a partir de la leña y a bombearle el agua fue perdiendo vista ya no se abrían las persianas pasaron muchos años y la casa no se alquilaba y no se vendía felicidad por miedo de que la echaran no pedían ninguna reparación la etiqueta del techo se iban pudriendo pasó todo un invierno cayéndole una Gotera en la almohada después de las pascuas escupió sangre la tía Simón llamó un médico felicidad quiso saber lo que tenía pero como estaba muy sorda solo oyó una palabra de un buen día aquello leyera conocido y contestó apaciblemente A como la señora pareciéndole Muy natural seguir a su ama se acercaba el momento de los altares del Corpus el primero estaba siempre al pie de la cuesta el segundo delante de la posta el tercero hacia el medio de la calle a propósito de este hubo rivalidades y las feligresas acabaron por elegir el patio de Madame a opain aumentaron las opresiones de la fiebre felicidad Estaba muy triste por no hacer nada para el altar sí siquiera hubiera podido poner algo en él entonces pensó en Lulú el loro eso no estaba bien objetado unas vecinas pero el cura dio permiso felicidad se puso tan contenta que le pidió que cuando ella se muriera aceptar a Lulú su única hacienda Del martes al sábado víspera del Corpus doció más por la noche Se le contrajo el rostro se le plegaron los labios en las encías sobreviniendo vómitos y al día siguiente al amanecer sintiéndose muy mal mandó Llamar a un sacerdote tres buenas mujeres la rodearon durante la extremaución después dijo que tenía que hablar con favo llegó vestido de domingo voy a abrir justo en aquella atmósfera lúgubre perdóneme y le dijo haciendo un esfuerzo pensé que había sido usted quien le mató qué chismes eran aquellos sospechar que había cometido un asesinato un hombre como él y se indignaba iba armar un escándalo llave ya perdido la cabeza de vez en cuando felicidad hablaba unas sombras las buenas mujeres se fueron las Simón almorzó luego cogió a Lulú y acercándoselo a felicidad ande despídase de él Aunque no era un cadáver le devoraban los gusanos tenía un ala rota Se le salía la Estopa del vientre pero felicidad ya ciega le besó en la frente y lo sujetaba contra su cara; la Simón se lo quitó Para volver a ponerlo en el altar los Prados despedía ángulo olor a verano zumbaban las moscas el sol hacia resplandecer el río recalentaba las pizarras la tía Simón de nuevo en el cuarto de felicidad se dormía apaciblemente la despertaron unas campanadas de gente salía de las vísperas felicítatejó de delirar pensando en la procesión la veía como si la siguiera por las aceras iban todos los niños de las escuelas los chantres y los bomberos mientras que por la mitad de la calle iban en primer lugar el suizo armado con su alabarda el sacristán con una Cruz el maestro vigilando a los chiquillos la monja preocupada por sus niñas tres de las monas rizadas como angelitos echaban al aire pétalos de rosas el diácono con los brazos abiertos moderaba la música; y dos mojadillos con los incensarios se volvían a cada paso hacia el santo Sacramento que llevaba al señor cura vistiendo su viciosa casulla bajo un palio rojo carmesí sostenido por cuatro fabricados detrás se empujaba el gentío entre las colcaturas blancas que cubrían la pared y llegaron al pie de la cuesta a felicidad le mojaba las sienes un sudor frío la Simón se lo jugaba con un paño blanco diciéndose que ella también pasaría algún día por aquel trance el murmullo de la multitud fue subiendo por un momento llegó a ser muy fuerte se alejó una descarga isotrepizar los cristales eran los postillones saludando a la custodia felicidad abrió los ojos y lo menos bajo que pudo dijo está bien preocupada por el oro empezó la agonía una estertor cada vez más precipitado la levantaba las costillas le salían espumar ajos por las comisuras de la boca y le temblaba todo el cuerpo no tardó en distinguirse el ronquido de los fieles las claras voces de los niños la voz profunda de los hombres de vez en cuando callaba todo y el golpear de los pasos amortiguado por las flores era como el ruido de un rebaño pisando sobre la hierba apareció el Credo en el patio la Simón se encarramó una silla para alcanzar la claraboya y así dominaba el altar [Música] guirnaldas verdes rendían sobre él adornado con un volante de punto de Inglaterra en el centro un cuadradito que contenía reliquias en los extremos dos Naranjos y a todo lo largo candeleros de plata y floreros de porcelana con girasoles lirios peonias digitales ramas de hortensias este botón de colores esplendorosos descendía oblicuamente desde el primer piso hasta la alfombra prolongándose por el pavimento y llamaban la atención algunas cosas raras un azucarero de plata dorada tenía una corona de violetas denuncian en el musgo concante de piedra de Rincón mostraban sus paisajes dos abanicos chinos a Lulú el loro escondido bajo las rosas no Se le veía más que la frente azul como una placa de lápiz lazuli los fabriquetos los chantres los niños se alinearon en dos o tres lados del patio el sacerdote subió lentamente los escalones y posó sobre el encaje su gran Sol de oro reluciente todo se arrodillaron; se hizo un gran silencio y los incensarios pendientes de sus cadenas giraban a todo vuelo un vapor de azul ascendió en el cuarto de felicidad adelantó la Navidad aspirándolo con una sensualidad Mística luego cerró los ojos sus labios sonreían los latidos de su corazón se fueron amertiguando uno a uno más tenues cada vez más espaciados como un Manantial que se va agotando como un eco que se va extinguiendo y cuando exhaló el último suspiro creyó ver en el cielo Entre abierto un loro gigantesco planeando sobre su cabeza fin

Noticias relacionadas