Nicos Weg - A2 - La película

Nicos Weg - A2 - La película

– Pero, ¿qué haces aquí? Tarek… – ¡Hola! – ¿Se conocen? – Sí, a veces trabajo en su restaurante. – ¡Y hablas alemán! – Sí, un poquito.Estoy haciendo un audiocurso. – ¿Desde cuándo estás en Alemania? – Hace ya algunas semanasque llegué a Alemania. – Pero, ¿por qué? Quiero decir,¿qué estás haciendo aquí? – Nico andaba buscándote. – Pero tú estabas en Suiza. – ¿Y cómo lo sabes? – Es largo de contar. – Okay. Entonces,quiero oírlo todo desde el principio. – A ver, vayamos al restaurante,cocino algo y después te lo contamos todo. – De acuerdo. – Okay. – Gracias, Tarek. Estaba delicioso.- Mhm! – Me alegra que os haya gustado. – Me alegro mucho de estar de vuelta.Ya echaba de menos mi casa. – ¿Tu casa?¿Extrañabas España? – No. Yo nací en España, pero Alemania es mi hogar. Echaba en falta Alemania. – Sí, entiendo.Para mí, Alemania también es mi hogar. Yo nací en Turquía,pero vivo aquí desde hace mucho tiempo. – ¿Hace cuánto que vives en Alemania? – Vine con mis padres hace 30 años. – Yo llegué hace 15 años como au-pair. No conocía el país. Y su lengua tampoco.Entiéndeme bien, yo estaba contenta. Yo quería salir de Españay estudiar en Alemania. No fue fácil. Todo era nuevo para mí. Tuve suerte de tener ayuda. Es muy importante tener genteque te apoye en una situación así. Yo tenía una amiga. – Sarah, ¿verdad?– Mhm. – ¿Quién es Sarah? – Mi mejor amiga. Hace cinco años volvió a Suiza. Unas semanas atrás,Sarah me llamó por teléfono. Su padre había muerto. – Oh, no. – Mhm. Estaba muy mal.Necesitaba mi ayuda. Por eso empaqué un par de cosasy tomé un vuelo a Zúrich. – ¿Pero por qué no nos dijiste nada? – ¿Y tú qué?¿Cuánto tiempo piensas quedarte? – Mis padres no me entienden. Dicen que tengo que seguir en la universidad,pero yo no quiero estudiar. Lo odio. Odio estudiar Derecho,detesto todo lo que tiene que ver con eso. No soy tan perfecto como mi hermano... Yo prefiero hacer cosas más prácticas. – Lo entiendo. – ¿Y qué piensas hacer?¿Dónde piensas vivir? ¿Cómo piensas ganarte la vida? – No quiero volver a Españade ninguna manera. – Yara, por favor... – Ni siquiera sabes lo que quieres. ¿Qué quieres hacer aquí en Alemania? ¿Y qué va a pasar con tus estudios deDerecho? – Por ahora solo sé lo que no quiero.Y no quiero seguir estudiando. – Eso no es suficiente. – Tú también te fuiste de España sin más. – Por eso puedo decirteque empezar de nuevo es difícil. Y sin hablar alemánes aún más complicado. – Pero yo lo voy a lograr.Estudio alemán todos los días, Yara. Y aprendo muy rápido. – No tienes trabajo. – Me buscaré uno. – ¿Así de fácil? Mucha suerte. – Tú también crees que no voy a lograrlo. Como todos. – Okay. Pero tú te encargas de todo: alojamiento, trabajo y todo lo demás. Yo no voy a solucionártelo. – Okay. – Bueno, te ayudaré un poquito. Al comienzo puedes quedarte en mi casa. – ¡Gracias! – Y quiero que tú... – Voy a hacer todo… – No hables español.A partir de ahora solo hablas alemán. Así aprendes mejor el idioma. Quiero que llamesya a tus padres. Tienen que saber que estás conmigo. – ¿Qué? Pero, ¿por qué? – Porque están preocupados por ti. Y yo no pienso mentirle a mi hermana. – Mis padres no hablan alemán. – ¡Qué gracioso! Cuanto más esperes, peor será. – ¿Qué tal? ¿Cómo fue hablar con tuspadres? – Se alegran de que esté bien, me desean mucha suerte y me quierenmucho. – ¿En serio? – No. Están... – ¿enfadados...? ¿furiosos...?- Sí. Están furiosos,porque quiero dejar la universidad. Están furiosos,porque no quiero volver... – ¿Entonces? – Aquí me quedo. – Okay.Entonces, vamos a casa. – Okay. – Tengo que ir al banco,porque quiero abrir una cuenta. – Muy bien. Ahora tienes que organizarun montón de cosas. – Pero hoy no puedo ir al banco, porque tengo que iral curso de alemán de Lisa. – ¿A qué hora tienes que ir? – Voy al curso de Lisa a las once. – Después del curso puedes ir al banco.Sí que lo logras. – Mhm. – Aquí tienes: tu regalo de bienvenida. ¡Con esto todo irá más rápido! – ¡Guau! ¡Gracias! – De verdad que no es difícil.Vas al banco y dices cómo te llamas: Buenos días, soy Nico Gonzálezy querría abrir una cuenta. – ¿Y ya está? – No del todo. El banco querrá saber de dónde eres. – Soy de España, de Sevilla. – Sí. – Esa respuesta, entretanto,la das incluso en sueños. Luego tendrás que rellenar un formulario:fecha de nacimiento, dirección… Todo eso, ya sabes. – Anoto simplemente la... – ¿Tarek? ¡Dos milanesas, por favor! – Anoto simplementela dirección de mi tía Yara, ¿verdad? – Sí, eso es. Quizás te pregunten dónde trabajas. Al banco le parecerá mejorque tengas un ingreso fijo. – ¿Puedo decir que aún no tengo trabajo? – Sí, no hay problema. – Bien... ¿Y luego puedo abrir una cuenta? – Sí. Y si hay algún problema,me llamas inmediatamente, ¿okay? – Okay. – Okay. – ¡Adiós! ¡Que le vaya bien! – Igualmente, gracias, adiós. – Beneficiario, IBAN,la referencia era... 335423. Poner el código de transacción,confirmar y ya está. Y la siguiente... – Hola, Yara. – Hola, Tarek. – ¿Estás muy ocupada? – Sí. EStuve fuera muchos días y ahora tengo mucho acumulado. Tengo que pagar facturas,responder correos, hacer pedidos... – Okay. – Por lo del alquiler... Gracias por haberlo solucionado. Me olvidé totalmentede girar el dinero del alquiler. – No te proecupes. – Mira, Tarek. – Nico ya tiene su propia cuenta bancaria. – ¡Oh! – ¡Hola, Nico! – ¡Selma! ¿Qué haces aquí? – ¿Una cuenta bancaria? Es decir, ¿te vas a quedar aquí? ¿En Alemania? – Sí. – ¡Qué bien! ¿Y qué piensas hacer?¿Vas a ir a la universidad? – No, yo... en Españaya hice dos semestres de Derecho. Y no quiero seguir estudiando. Quiero hacer trabajos manuales,aprender un oficio. – ¿Quieres hacer una formación? – Sí, creo que sí. – Pues entonces tienes que aprenderalemán a toda prisa. Estoy de camino al curso de alemán.¿Te vienes? – Sí, con mucho gusto. – Primero tengo quesacar dinero en un cajero. – Cajero... Tú hablas ya muy bien alemán. – Hace un año que estoy aquí.¿Me esperas un momento? – Claro. – Lo siento. – ¿Qué pasó? – Primero metí la tarjeta en el cajero. Luego pulsé "retirar dinero". Y apareció un aviso de error. No podía introducir mi contraseña y la tarjeta tampoco salía. Un empleado del banco vino a ayudarme. – ¿Funcionó? – Vamos. – ¿Aló? Estoy en el curso de alemán. Ya lo sabes. Claro, lo haré. Hasta luego. – ¿Te ha llamado tu padre? – No, era mi madre. Está preocupada,porque no he llamado. Pero yo le dijeque iba al curso de alemán. – Quizás lo olvidó. – Sí por centésima vez. – Sé de lo que hablas.Mis padres nunca escuchan. Les da igual lo que yo piense. – Pero te dejan estar solo en Alemania. – Me fui de casa. Además, soy mayor de edad.Puedo estar donde me plazca. Tú también. – Yo nunca dejaría a mi familia. – Okay… – ¿Qué canción es, Sebastian? – "Noche de paz". Es un villancico alemán. – Es bonito. – Sí. – Podríamos traducirloy aprenderlo en la próxima clase. ¿Os apetece? – Claro. – Claro. – Las fotos son estupendas. – Sí, muy bonitas. ¿También haces... – retratos? – Mhm. – No, yo... yo tengo otro proyecto. Va a ser fenomenal. – ¿De qué se trata? – Todavía no quiero contarlo. – Sebastian, ¿podemos usar tus fotospara el ejercicio oral de hoy? – Claro. ¿Por qué no? ¿De qué se trata? – Al principio, un repaso. Selma, describe por favoruno de los retratos de Sebastian. – Hay dos hombres mayores,tienen el pelo canoso. El hombre del pantalón marrón es grande y parece un poco triste. El hombre de abrigo negro es más pequeño. – Muy bien. Nico, ¿lo intentas tú también? – Creo que no. – Inténtalo. Describe a tu familia. ¿Cómo está compuesta? – Mis abuelos. Tengo padre y madre, un hermano y tres tías. Una de mis tías tiene dos hijos. – Tus primos. – Mis primos, sí. – ¿Y cómo es tu hermano? – Tiene el pelo oscuro. – ¿Y? – No sé. Es muy normal. – Okay… ¿Selma? – La foto... – Okay. – ¿Ibrahim? ¡Ibrahim! – Mis otros abuelosviven en una residencia. Necesitan asistencia,porque están muy mayores. Mi abuelo ya no puede comer solo. Mi abuela tiene problemas de vista. Ya no ve bien. – ¿Selma? Tu móvil. – ¡Oh, no! – ¿Qué pasa? – Mi madre ha llamado cinco veces. – ¿Solo cinco veces? – Tengo que irme. – ¿Qué ha pasado? – Mi padre está en el médico,porque ha tenido... Ha tenido un... ¿circulatorio? – ¿Un colapso circulatorio? – Sí, algo así, debo irme. – ¿Te llevo en el auto? Te puedo llevar rápido en auto. ¡Oh! Oh, disculpe. – Perdón. ¡Pero mira quién es!Nos conocemos, ¿verdad? – ¿Señora Kohlhaas? – Ach, Inge. ¿Cómo estás, querida? – No muy bien. Mi padre ha tenidoun colapso circulatorio. – ¡Ay, qué horror! Espero que se reponga pronto. – Sí, eso espero. Ha tenido muchoestrés. Ahora tiene que guardar reposo. ¿Y usted cómo está? – Estupendamente. Acabo de tener cita en el médico.Pequeñeces... Yo me siento sana como una manzana. ¿Y qué hace mi hijo? – ¿Qué hace su hijo? – Está buscando residencias.Piensa que es lo mejor para mí. Lo hace porque cree que estoy muy sola. ¡Qué tontería! Yo no estoy sola para nada. – Seguro que lo hace con buena intención. – Bueno… – Señora… Inge, lo siento… – ¡Pero, claro! Quieres ir a ver a tu padre. Yo estoy bien, no te preocupes. Corre. – ¡Gracias! – Selma ha escrito: "Mi padre está bien. Mañana puede volver a casa. Saludos,Selma". – Qué suerte… – Hola. – Hola.– Hola. – Nico, qué bien verte. A ver, ¿me están tomando el pelo? – ¿Pero qué pasa? – Esto pasa, este caos. – ¿Puedo quizá arreglarlo luego? – Oh, claro, ¿en un mes? – Primero, cálmate. – No. Llevas semanas diciéndomeque vas a pasar la aspiradora y nada... Y tampoco habéis sacado la basura.¡Chicos, basta ya! Ayer os dije expresamente: "Por favor, hay que sacar la basura,arreglar la casa y limpiar el baño". Además alguien tiene que encargarsede devolver las botellas vacías. Pero no. Yo puedo hacerlo todo.A la orden. – Sí, Nina, lo sentimos mucho. No tuvimostiempo. – ¿Puedo ayudar en algo? – No, Nico. Nosotros vivimos aquí.Y nosotros tenemos que hacerlo. – Pero tenemos una habitación libre, ¿no? – Es una buena idea. – ¿Qué sucede? – Nico, ¿te gustaríacompartir el piso con nosotros? – Buenos días. ¿Cómo le va? – Buenos días. Fíjese. Otra vez han puesto este cubo de basurajusto delante de mi tienda. El vecino, el señor Murz, siemprecoloca su cubo justo delante de mi vitrina. – ¿Y qué? – Bueno, usted es el propietario. ¿No podría hablar con ély decirle que esto no puede ser y que debería tenermás de consideración con sus vecinos? A mí no me hace caso. – Venga, no es para tanto. No se altere tanto. – No me altero. Pero necesito clientespara pagar el alquiler. Eso sí le interesa a usted, ¿no? – Yo... hablaré con él. No quiero peleas entre vecinos. – Yo tampoco quiero pelearme con el vecino, pero él busca el conflicto conmigo. Estaciona su coche delante de la tienda,pone la música a todo volumen, no es amable y… – Bueno, bueno. Todos tenemos problemas. Tengo un asunto a tratar con usted, pero... bueno, hay tiempo. Lo hacemos la próxima vez. Qué bueno que haya vuelto,señora González. – Hola.– Hola. – Buenas tardes.- Adiós. – ¿Quién era? – El propietario, el señor Friese. Me he quejado del vecino. Siempre coloca su cubo de basura delante demi tienda. – ¡Qué alemana te has vuelto! – ¡No es verdad! – Sí que lo es. – Hm, ¡qué bien huele! ¿Puedo probar? – Por supuesto. – ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? – Sí, ¿por qué? – ¿Por qué? Porque veo que no estás bien. – Sí, lo sé. Creo que antes exageréun poco. – Eso no fue lo que pregunté. – Lisa… Estoy embarazada. – ¡Guau! – Sí, guau. ¿Y yo qué hago ahora? – Nina, sí, alégrate .Vas a tener un bebé, es genial. Se trata de no perder la calma. – Ah, sí. – ¿Quién es el padre? – Dario. – Pero, si estáis juntosapenas hace unas semanas. – Sí. – Tienes que decírselo. – Pero si ni siquiera sé si el bebé ... ¿Cómo voy a hacerlo? No puedo cuidar ahora de un niño,no he acabado mi formación. – A ver, Nina. Hay guarderías, madres dedía... Otras mujeres también lo han logrado. No te preocupes tanto. Yo sé que vas a ser una mamá muy buena. – Bueno pues, aquí tienen. – Por el nuevo piso de Nico.- ¡Salud! – ¡Salud! – Te felicito, Nico. – Muchas gracias, Inge. – ¿Dónde vas a vivir ahora? – Voy a compartir el pisocon Lisa, Nina y Sebastian. – Piso compartido, es decir,¿lo alquilan entre todos, verdad? Cuando yo era joven era diferente.Vivíamos con la familia. Era más barato. – Hoy en día, la mayoría se independizacuando acaba la escuela y va a estudiar a otra ciudad. – Incluso a otro país. Hoy la gente se cambia de casacon más frecuencia que antes. – También es posible vivir solo. – Lo que pasa es que es más caro. – Por lo general, demasiado caro. – ¿De verdad hay tanta diferencia? – A menudo, sí. Además es mejor no vivir solo. – Es verdad. Yo también prefiero vivir con otras personas. Prefiero una habitación pequeñaa vivir en casa de mis padres. Vivir contigo también me gustó mucho. – Hola, Nico. – ¡Pepe! – ¿Quién es Pepe? – Pepe es mi hermano mayor. – ¡Ah! – Ven, Nico. – Aquí yo no hablo español. – Como quieras. Ven conmigo.Tenemos que volver a España. – No. No voy a irme contigo.Me quedo aquí en Alemania. – He venido de Múnich para llevarte conmigo. Primero iba a tomar un avión,pero cancelaron el vuelo. Tuve que venir en autobúsy no he podido dormir en el viaje. Estoy bastante cansado.Así que, por favor, vámonos ya. – No. Tú te puedes ir.Yo ya hablé con papá. – Creo que no has entendido. Papá me ha dichoque tengo que llevarte de vuelta a casa. Probablemente, el siguiente vueloes mañana antes del mediodía con destino a Madrid o Barcelona para luegoir a Sevilla. ¿Qué me dices? – Pues, buen viaje. – A ver si me escuchas.A mí me da exactamente igual lo que hagas. Pero nuestros padres están preocupados. Y tú como siempreno haces más que dar problemas, Nico. – Le pido que abandone el local. – ¡Mañana aclaramos esto! – A pesar de todo, ¡salud! – Buenas noches, ¿en qué puedo servirlo? – ¿Tiene una habitación libre? – ¿Quiere la habitación para una noche?¿O para más de una noche? – De momento, para una sola. Aunque quizástenga que prolongar mi estancia. – Imagino que quiere una habitación simple.¿Es así? – Sí, así es. Una habitación individual. – ¿Quiere el servicio con desayunoo sin desayuno? El precio del desayuno no está incluido. – Sin desayuno, por favor. – ¿Puede darmesu carnet de identidad o su pasaporte? La habitación está en la cuarta planta. Son 139 eurospor un nochte sin desayuno. ¿Paga en efectivo o con tarjeta? – Con tarjeta. – Disculpe, pero no aceptan su tarjeta. Gracias. Le ruego disculpe las molestias. Su habitación está en la cuarta planta.El ascensor está aqui delante a la derecha. Le deseo una agradable estancia. – Muchas gracias. Yo también me la deseo. – ¿Estás bien, Inge? – ¿Yo? Pero por supuesto. Ah… Pisos compartidos y viajes… Y yo que me la paso todo el díasentada en casa o aquí. – ¿Pero por qué? Tú estás sana, tienestiempo. ¿Por qué no haces una excursión?Haz un viaje. – Ay, no. Es muy complicado. – ¡Tonterías! ¿Tarek?¿Puedes venir con tu portátil? – ¿Qué? ¿Por qué? – Porque vamos a encontrary reservarte una excursión. – ¡Eso! ¡Para! Mira. Eso suena bien.Ofertas para grupos de mayores: travesía en tren por el valle del Rinhasta Bingen am Rhein, incluye el almuerzoy una visita de la ciudad. – ¿De dónde sale el tren? – De la estación central de Colonia. – ¿Y a qué hora? – El tren sale a las 9:45 de la vía 7. – ¿Cuánto cuesta? – Ida y vuelta cuestan 50 eurosy no tienes que hacer trasbordo. Llegas a las doce menos cuartoa Bingen am Rhein, y a las seis y media de la tardesale tu tren de vuelta. – Mhm, estupendo. ¿Pero todo eso en un solo día?Me parece un poco pesado. – Es verdad. – También puedes pasar una noche enBingen. Seguro que te encontramos una habitaciónde hotel. ¿Hacemos la reserva ahora? – ¡Sí!! – ¡Eso! – ¡Okay! Ya está. Ahora imprimimos la conexióny buscamos una habitacion de hotel. – Ach, chicos. ¡Estupendo! Sois lo máximo.¡Qué emoción y qué nervios! – Disculpe. ¿Puede decirme qué líneapara en el hospital? – La 66 para en el hospital. ¿Se siente mal, señor? ¿Prefiere que llame un taxi? – No, muchas gracias, simplemente olvidé allá mi documento deidentidad. – ¡Qué fastidio! – ¿Y la 64? ¿Esa también para en elhospital? – No, la 64 va en la dirección contraria,va hacia el aeropuerto. Esa no le sirve. – Okay. ¿Sabría decirme si para este trayectobasta con un billete normal? – Para ir al hospital tiene que comprarun billete de 3,80 euros. Momento, yo le ayudo. Fíjese, sí que hayuna conexión más rápida con la 16. El trayecto es más corto,pero tiene que hacer un trasbordo. – ¿Cuánto tarda el viaje sin trasbordo? – 15 minutos más. – Entonces mejor sin trasbordo. – Adelante. – Muchas gracias. Que pase usted una buena tarde. – Con mucho gusto. Igualmente. – ¿Qué queda fuera? – Los muebles. – ¿Tienes muebles? – Sí. Tengo un armario, una cama y uncolchón. – Y todo de la tienda de segunda mano. – Si me pongo a cargar muebles...tendré que volver a ducharme. – No te preocupes.Nico y yo lo hacemos, ¿verdad? – ¡Eso es! – ¿De verdad? – Sí, pero bajo una condición. – Tú me dirás. – Que colabores con mi nuevo proyectofotográfico. – ¿Qué proyecto? – Querría ilustrar con fotosvarios refranes alemanes. – Guau. – Espera. Querría ilustrarlocon imágenes al pie de la letra. – Me parece muy bueno.¿Me permitirás usar las fotos en clase? – Por supuesto. Entonces, ¿cuento contigo? – Sí, por ahora tengo tiempo libre suficiente.Me alegro de que lo hagamos. – Súper. – Entonces puedes pensarqué refranes son importantes y cuáles deberíamos incluir.Y te decides. Mañana hablamos. – Okay. – Fenomenal. – ¿Y el armario? – ¡Hola, Nico! – ¡Hola, Inge! – Tengo muy poquito tiempo. Pero quería pasarte algunas cosas para tu mudanza. Seguro que te serán de utilidad. Lo siento mucho, pero tengo que irmeinmediatamente. Me he apuntado a esa excursión. Bueno, en realidadTarek y Max me apuntaron a la excursión. Ahora creo que preferiría cancelarlo. Hoy he recibido cinco emailscon ofertas de tiempo libre, propaganda. En realidad, no tengo ni ideade qué debo hacer con todo eso. Posiblemente sea casi todo propaganda, sí. Hay muchas ofertas.Me proponen hacer senderismo, velerismo osurf. ¿Puedes imaginártelo? ¿Que yo haga surf? ¿Pero qué se habrán creído? ¡A mis años!Pues... No, no, no, seguid, seguid.No quiero molestaros que tenéis mucho quehacer. Además que no tengo nada de tiempo. Todavía tengo que hacer la compray tengo que preguntarles a Tarek y a Max, si ya han encontrado un hotel para mí.Todo esto es tan estresante… – ¿Puedo ayudarte? – No, vosotros tenéis mucho que hacer. Bueno, queridos, ¡ánimo! Y no te olvidesde venir a visitarme, Nico, ¿vale? – Claro, Inge, lo haré.Y muchas gracias por lo que me trajiste. – Vale, vale… – De verdad que no tiene tiempo. – No tiene tiempo. – ¿Tu hermano trabaja entonces enAlemania? – Sí, desde hace algunos años.Tiene su propia empresa. – ¿Y, entonces, por quése empeña en que vuelvas a España? – Porque siempre hace lo que quieren mispadres. A Pepe no le interesa lo que me pase.No le importo... – Le das igual. – Le doy igual. – Tu hermano te cabrea,¿verdad? – ¿Molestar? Sí.Me enfado mucho por mi hermano. – Ven, no te enfades más. Aquí tiene prohibida la entrada. – Gracias.– Sí ¿Y qué había en el correo? – Una carta de la escuela nocturna. – Oh, ¿una respuesta? – Venga, ábrela. – No me atrevo. – Seguro que es una respuesta afirmativa. – Nina... ¿eso? Eso es una carta, ¿hmm? – Eso es. Esto es un sobre. Y este es el sello. Luego escribes la dirección en el sobre. Y después echas la carta al buzón. – Okay. Entendido. – ¡Tengo la plaza! – ¡Bravo! ¿Crees que te quedará tiempopara mi proyecto fotográfico? – Por supuesto. Me alegro mucho decolaborar en tu proyecto. Cuenta conmigo. – ¡Así se habla! – ¿Pizza? ¿Para festejar? – Yo querría una pizza de salami, por favor. – ¡Pero qué idiota! – ¡Oh! Espero que no esté hablando de mí. – Oh, no. Lo siento. ¿Habló ya con el señor Murz? No cesa de molestarme con este…– Sí, está bien. Señora González, ¿tendría un momento? Tenía un asunto que tratar con usted. – Sí. - El próximo año subirá alquiler.A partir de enero será más caro. – No está hablando en serio, ¿verdad? – ¿Es que usted piensaque va a pagar lo mismo para siempre? El mercado cambia, los precios también. – Pago suficiente. Además, ya me subió el alquiler hace dosaños. – Puedo entender que usted no se alegre de que le suban el arriendo,señora González. No voy a discutir con usted. – ¿Sabe usted que muchos comerciantes tienen que cerrar sus tiendas,porque los alquileres no paran de subir? – Eso es trágico.Pero no me incumbe. – S, no me sorprende que lodiga. La gente como ustedvela solo por sus propios intereses. Le digo, desde ya, que no voy a aceptarel aumento de alquiler. – Eso ya lo veremos. Que tenga un buen día, señora González. – A ver, Nico, ¿a ti qué te interesa? – Me interesa el fútbol. – Le interesa el fútbol. Vaya. Otro más. – Pues sí, sorry. Me gusta el fútbol. – Como a todos los hombres. – Puedes preguntarle a Nico si aparte de ese tiene otros intereses. – Okay. ¿Te interesa… la literatura? – ¿La literatura? – Sí. Es decir, ¿te gusta leer?¿Tienes muchos libros? Novelas o, por ejemplo, historias policíacas... – Por supuesto. Siempre mi interesé – ...siempre...? – Siempre me han interesado los libros. – ¿Le dedicas también tiempoa la política, ¿verdad? – ¿A la política? ¿Yo? ¿Por qué? – Pues, porque todos los políticos mientenmucho. – Última pregunta: Selma,¿cuáles son tus fuertes? – Hm… – ¿Sabes andar en bicicleta? – No sé andar en bicicleta. – ¿De verdad? – Sí. – No puede ser.Aquí todo el mundo anda en bicicleta. Yo te enseño. Te lo prometo. ¿Tienes tiempo mañana? – Okay… – Espera, Selma, Nico tiene que decirnos antesqué es lo que no sabe hacer. Yo diría que no sabe cantar... – Tú nos dijisteque nos ibas a enseñar un villancico, ¿no? – Sí… – Entonces, ¡ya veremos! – ¿Por qué no hemos vuelto a pescar? – ¿Hm? – Es que me encantaría volver a comeralgo que he pescado yo mismo. – Ay, no. Por favor, no. – ¿A qué te refieres con "por favor, no". – Fuimos a pescar al menos diez veces y solo capturamos algo una vez. – Pues sí, pero era grande. – Y la verdad es sabía horrible. No es que sepamos pescar, Max. – Tampoco jugamos bien al fútbol. – ¿Qué? ¡No es verdad? – ¿Nico? – Son muy malos futbolistas. – Mejor que no recuerde el útimo partido. – ¿Y qué les parece el voléibol?Podriáis jugar voléibol. – A nadie le gusta el voléibol. – A mí me gusta. – A mí me encanta el voléibol. – Okay. Pongámonos de acuerdo:no es que todos odien el voléibol pero a poca gente le gusta de verdad. – Okay. ¿Qué opináis de la equitación? A ti te gustan los caballos, ¿no? – ¿Equitación?¿Y cómo voy a cabalgar sin caballo? – Pero es que seguro que hayclubes hípicos por aquí cerca. – Pues sí y no. Me gustan los caballos,pero no sé cabalgar. Y sinceramente, no me interesa aprenderlo. – A ver, lo único que digo esque podríamos volver a haceralgo juntos.¡Oh! – Ahí está la puerta. – Nico, ¿podemos hablar? Dame una oportunidad.Escúchame una vez por lo menos. – Creo que ayer ya lo dijiste todo. – Nico, es tu hermano. Lo mínimo que puedes haceres escuchar lo que viene a decirte. – Nico, me queda claroque papá es un poco complicado. – No sabes de qué hablas.Tú siempre haces lo que quieres. Sin problemas. Pepe, nuestro magnífico hijo,abrió su empresa en Alemania y gana mucho dinero. Tú no tienes ni idea. – ¿Y? ¿Tú también quieres montartu propia empresa? Puedo ayudarte. Puedo ser tu apoyo. – Gracias, pero no. – Nico, respeto mucho tu decisión. Pero así no se hacen las cosas. – ¿Por qué no? – No creo que sin la ayuda de mamá y papá puedas lograrlo. A mí también me preocupa. – Me da igual lo que pienses. Y tampoco creoque te preocupas por mí. – Sí, Nico. – No, tú lo que quiereses que te dejen en paz. – No. Lo que quiero es que no riñáis más. He pensado una cosa. Me quedo aquí. – ¿Cuánto tiempo? – Unos días, unas semanas.Ya veremos. Te echaré una mano. – No sé. Me lo pensaré. – Nico, ¿a dónde vas? – Me voy a mi casa. – Chicas, creo que con limpiarcada dos semanas es suficiente. – ¿Cada dos semanas?- Sí. – ¡Ni hablar!Tenemos que limpiar con más frecuencia. – Lisa, te felicito.Aquí tienes otro trabajo. Ahora puedes limpiar el baño todos los días. – ¡Qué gracia! – ¡Basta!No sé cómo voy a poder con todo. – ¿Qué? – Pues con la escuela de idiomas,con el voluntariado. Quiero seguir haciéndolo.Ese trabajo me gusta. Pero con la plaza nueva,no voy a tener tiempo. – Perdón por el retraso. – No te preocupes. Da igual porque aquíno tenemos nada que decir, Nico. – Aquí tienes el nuevo plan de limpieza. – Me parece justo. – ¿Lo ves? Lisa, ¿cómo podemos ayudarte? – No lo sé. – Quizás podamos asumirtus tareas de la casa las primeras semanas. Sebastian podría limpiar por ti el baño. – ¿Qué? – Ach, seguro que no te haría mal,así ganas experiencia e irás más rápido. – Muy graciosa. – Nico, ¿qué opinas? – Que sí, que claro. - Pero, Nico, ¿por qué...? – Gracias, chicos.Serán solo unas semanas. Luego saldaré mis cuentas. – Con gusto. – Andar en bicicleta es lo máximo.La libertad absoluta. – ¡Pasión al cien por ciento! – ¡Energía pura! – ¡Energía pura! – ¡Aaaah! - Ayyy… – No hay nada más bonitoque andar en bicicleta. ¡Pura libertad! – Pura pasión. – Andar en bicicleta es lo máximo.La libertad absoluta. – ¡Pasión al cien por ciento! – ¡Energía pura! – ¡Ah! – ¡Energía pura! – ¡Oh, no! ¿Qué te pasó? – A mí nada. Pero a mi bicicleta... – ¡Oh, no! – ¿Tengo que reperar una bicicleta? – ¡Increíble! ¡Yara es la… – ...especialista en bicicletas! – Porque amo las bicicletas. Te parece gracioso, ¿no? – Sí. Reparo bicicletas viejas, frenos, faros,neumáticos deshinchados, corazones rotos. – Max, para, para. El texto es terrible. – Pues no sé qué quieres.Dijiste que necesitas publicidad. – Sí. Necesito publicidad buena e ingeniosa. El señor Friese va a subir el alquiler.Es decir, necesito más clientes. Si no tendré que cerrar la tienda. – Podrías contrataruna agencia de publicidad. – ¿Sabes lo que cuesta eso?Es carísimo. Prefiero hacerlo yo misma. Necesito un 10% más de clientes. – Eso es mucho, ¿verdad? – Sí. ¿Y cómo accedemos a mucha gente? – ¡En internet! – Sí. – Tu empresa hace páginas web. – Diseñamos propuestas digitales:conceptos para márketing digital, blogs... – Sí, vale. Pero lo que quiero saberes si puedes ayudarme. Necesito tener más clientes. ¿Crees que con una página web irá mejor? – Yara, una página web no es suficiente. Tienes que estar activa en las redes sociales. Tus seguidores tienen que darte likes. Tienen que poder postear: desde su móvil, su tablet, su portátil,siempre y en todos lados. – Yo tengo una tienda de bicicletas muypequeña. Creo que si actualizamosla página web basta. A ver, yo no utilizo las redes sociales. – Pues deberías empezar a hacerlo. – Pero tú sabes del tema. ¿No podrías simplementehacerme una página web? ¿Pepe? – ¿Qué? – Te he preguntadosi podrías hacerme una página web. – Eso lo hacen mis empleados. – ¿Y podrían hacerlo ellos? – Yara, nosotros gestionamosencargos de grandes empresas. Tu tienda es muy pequeña.No merece la pena... – Pero es mi tienda de bicicletas.Y yo soy tu tía. ¿Sabes qué? Quizá Nico tenga razóny tu familia no te importa nada. – Lo siento. – Selma, ¿a dónde vas? – ¿Que a dónde voy? Pues... al curso de alemán. – Pero ya fuiste ayer. – Sí. Hoy también hay clases. De verdad, mamá.No te preocupes. – Okay. Hasta luego. – Te escribo un mensaje cuando acabe,mamá. – Hola, Selma. Ya estoy aquí. ¿Cuándo llegas? Te espero. ¿Cómo se decía? LG, cariños Saludos – ¿Nico? – ¿Después café en el restaurante de Max und Tarek? Me alegro de verte. – Lo siento. Hoy no puedo. – ¿Qué? – Buzón. Grabar. Bien, siguiente... – ¿Sí? – Buenos días, González. – ¡Al fin! ¿Sabe ustedcuántas veces lo llamé hoy? – Lo siento, tuve mucho que hacer. – Espero que sea cierto. Tengo una queja. – Sí señor. Queda claro,lo mencionó en su correo. – Estoy muy descontento. La aplicación no funciona.La página web es muy confusa. No entendemos cómo tenemos queorientarnos. – Entiendo la dificultad que tiene. No se preocupe, podemos adaptarla página a sus necesidades. – Usted ya no va a adaptar nada.No queremos trabajar más con usted. – Pero señor Troyzig… – Las tabletas que nos recomendóson una basura. Son súper lentas.Quiero devolverlas. Aún tengo la factura. – Está en su derecho… – ¿Pero qué quiere decir?¿Me devuelven el dinero o qué? Tengo garantía. – Lo lamento, pero no es así, señor Troyzig. – ¿Que no? Ya lo veremos. – El siguiente… – Hola.– Hola. – ¿El abrigo? – Por supuesto. – ¿La bufanda?– Sí. – Gracias. – No querría arruinarle la lectura,pero la dama se queda con el príncipe. – Yo pensaba que al autorse le ocurriría algo mejor. – Pues no se le ocurrió, qué lástima. ¿Puedo sentarme a su mesa? – ¿Acaso está todo ocupado? – Es que no me gusta comer solo. Una comida es buena cuando se compartesentado a la mesa con gente simpática. – Adelante. – Gracias. Por cierto, me llamo Jacques. – Inge. – Mucho gusto, Inge. – ¿También está aquí con la excursión? – No, estoy de paso. Se podría decir que estoy trabajando. Estoy probando restaurantes alemanes. – ¿Está probando restaurantes alemanes? ¿Para quién trabaja? ¿Para la televisión? – No. No, tengo tres restaurantesen Francia y ahora quiero abrir un restaurante en Alemania. – ¿Pero? – Es que los platos típicos alemanesson más bien simples. Salchicha asada, salchicha al curry,salchichas siempre salchichas. ¿Sabe una cosa, Inge? Me gusta cocinar. Y para mí una buena comidaes algo realmente sabroso. Puede ser incluso refinada. – Ahí le doy la razón. Pero no es verdad queen Alemania comamos solo salchichas. Los franceses no solo comenbaguettes, ¿no? – Por supuesto, tiene razón. Pero mis restaurantes sonpara gente de paladar refinado. Mis cocineros son de los mejores. Los cocineros deben ser personascapaces de crear. ¿Usted tiene buen paladar, Inge? – No lo sé. – Yo diría que sí. Estoy seguro de que tiene muy buen gusto. Entonces, ¿pedimos?– Sí. – Aquí tiene.– Muchas gracias. – Tenga.– Gracias. – Mis padres son de Francia. Por eso tengo un nombres francés. – Me lo había imaginado.Pero habla alemán sin acento. Mis padres son de Klein-Hellersdorf.Por eso me llamo Inge. – Tiene usted sentido del humor, Inge. – Eso no es lo que opina la mayoría. – Pues entonces la mayoría se equivoca. ¿Ha encontrado ya algodel menú que le apetezca? – Pero si no he tenido tiempode mirarlo siquiera. – Da igual, los alemanessiempre comen lo mismo. – ¡Qué tonterías dice! – Por supuesto que sí. Se lo puedo probar. El hombre que está sentado ahí… Pidió ayer una milanesacon croquetas y verduras. Hoy seguro que pedirá lo mismo. Quizás con patatas fritas. A la mujer le gusta la sopa de tomate. Y se va a pedir de segundouna ensalda mixta con pollo. – Apuesto a que la mujer va a pedir otra cosa. – ¿Quiere que apostemos? – Sí, apostemos. – Si usted pierde,tiene que volver a encontrarse conmigo. – De acuerdo. – Buenas tardes. Díganme, ¿qué desean? – Para mí, el hígado de cerdocon chucrut y puré de patatas. Una porción pequeña, por favor. – Sí, claro. – Para mí, la tabla de fiambres. Y de entrante querría                     el queso pequeño pede cabra. – Claro. – Y otro vaso de agua, por favor. – Ahora mismo. – Gracias. – Aquí tiene, el rollo de carnecon patatas hervidas y col lombarda. – ¿Le gustó? – Sí, gracias, muy bueno. ¿Y a usted? – Más o menos. – Usted sí que es criticón. – ¡No es verdad! El queso de cabraestaba delicioso. Maravillosamente intenso. Pero el embutido picante no me gustó. Bastante aburrido. Le faltan especias. Y, en general, eché en faltaalguna salsa interesante que le vaya bien a un plato como este. – Usted es cocinero.Se entiende que sea tan crítico. – Para ser sincero, soy repostero.Antes tenía una pastelería. – Ah, usted es entonces de la genteque uno ve por las mañanas en la panadería. ¿El que se encarga de los panecillosy que decora las tortas de boda? – ¡Sí! Pero hace tiempo queya no trabajo en eso. Pero antes, mis pasteles y tartaseran los mejores de la ciudad. Dulces o salados: la masa que hacíasiempre salía perfecta. – Qué interesante. – ¿A usted también le gustala repostería, verdad? – Sí, por supuesto. – ¿Qué pastel le sale mejor? – El marmoleado. – ¡Magnífico!Ese era mi favorito de niño. – El mío también. – ¿Tiene ganas de postre? – Escójalo usted. – Nos trae, por favor,dos trozos de tarta de limón. Y dos copas del champánque me recomendó ayer. – ¡Jacques! – Sí, ¿por qué no? – ¡ Por usted, Inge! – ¡ Por la buena compañía y la buena comida! – La buena compañía es algoque valoro mucho. Y la buena comida también. Y ahora tengo ambas cosas. – Usted escogió ser respotero, ¿entonces por qué es dueño de restaurantes? – Bueno, mis padres teníanun pequeño bistró en Hamburgo. Mi padre era un amante de la comida. Con el tiempo, me ocupéde la comida y la repostería y luego hice la formación de respostero. – Pero hacer siempre los mismos pastelesno fue suficiente, ¿no? – Exactamente. Aparte de mi trabajo de reposterotrabajé como crítico de restaurantes y viajé por todo el país.Incluso en Francia. Mire usted, Francia es un país que amo. – Usted ama muchas cosas... – Llegó un punto en queya no quería quedarme en la crítica. Quería hacerlo yo mismo y mejor que losdemás. Entonces abrí mi primer restaurante. – Suena de verdad interesante. – Bueno, suena más romántico de lo que es. La cuenta, por favor. Pago yo, por supuesto, usted es mi invitada. – Pero… – No se hable más. Yo la invito. Usted es una mujer para mimar. – ¿Está todo bien? – Mi monedero... Me lo he dejado en el hotel. – No hay problema, pago yo. – Es que... me da mucha vergüenza. Le devolveré el dinero, por supuesto. – Quédese con el cambio. – Gracias. – ¿Cuándo?Usted perdió la apuesta. ¿No lo recuerda?Adiós, Jacques. – Aquí tiene. – Gracias. – La llamaré a este número, Inge. – A ver tenemos:"meterlo todo bajo un sombrero". – ¿Tienes un sombrero tan grande? – Trabajo con perspectiva. Luego: "arrastrar a alguien sobre la mesa", "tener mucho pelaje" y "en tierra de ciegos,el tuerto es el rey". – Son refranes muy buenos, de verdad. ¿Ya sabes cómo vas a tomar las fotos? – Sí, lo tengo todo organizado.Las tomaré hoy. – ¿Ah sí? No nos habías dicho nada. – Claro que sí.Os lo dije la semana pasada. Voy a hacer las fotos aquí. ¿Vais a ayudarme? – No tengo todo el día,pero unas horas sí. – Okay. ¿Nico? ¿Me ayudas? – Claro que te ayudo. – Voy a encontrarme con Dario. Le prometí que iba a verlo. – Okay. No hay problema.Voy a llamar a otros amigos. Necesito modelos. Hola, Beatrice.Hoy vamos a hacer fotos. Ven. ¿Te apetece venir?Vamos a hacer una sesión de fotos. Va a ser divertido. Okay, cool. Sí, súper. Al mediodía. Okay. Hasta entonces, adiós. – Vamos, tres, dos, uno y listo. Y vamos... Ahora tira y arrástrala sobre la mesacon fuerza. Perfecto. Quedaos así. – ¡Salud! – Gracias. – ¡Inge! ¡Estás de vuelta! – Hola. Mi mesa está libre. – El abriguito. – Sí. – Gracias. ¿Qué te gustaría comer? – Hoy no quiero comer carne. Querría... – Espera, te traigo la carta. ¡Max! La carta. – Cuenta, ¿qué tal la excursión? – Más o menos. – ¿Qué? ¿Por qué solo más o menos? – No estaba bien organizada,hizo mal tiempo y el resto del grupo tenía un pie en la tumba. – Inge… – Así lo pienso… A pesar de todo me gustó. – ¿Conociste a alguien? A ver, en los viajesuno siempre conoce gente... – Nosotros tambiénnos conocimos en un viaje. – Sí. Pero, la gente del grupono me pareció muy interesante. – ¿Por qué no te pareció interesante? – Porque en el club de jubiladossolo se habla de enfermedades. – Okay, eso sí que es enervante. – Qué celular más bonito. No sabía que tuvieses uno. – No es mío. Es de Jacques. – ¿Inge? ¿Quién es Jacques? – Inge, deberías responder. – Ach, no sé... – Pero tú misma dijiste que Jacqueses simpático y encantador. - Sí, es cierto. Y pasamos una velada fantástica. – ¿Entonces? – Jacques me recuerda mucho a Günther. – ¿A tu marido? – Günther no solo era mi marido.Era mi mejor amigo. Primero fuimos amigos y después nos enamoramos. Y juntos fuimos muy felices. – ¿Cuándo os casásteis? – Bastante tarde. Estuvimos comprometidos mucho tiempo. Nos casamos en 1993. – ¿En el 93? – Todavía llevo su alianza.Estoy tan acostumbrada a llevarla. – ¿Y Jacques? – Creo que me dijo que está divorciado.Su mujer lo abandonó. Y tuvieron mucho lío. – Es decir, ambos estáis solos.Inge, la vida sigue. – También lo decía Günther. – ¡Ya ves! – ¡Listo! A partir de ahora,Lisa forma parte del restaurante. – ¡Yeah! – ¡Por Lisa! – Hay muchas fotos nuevas. – Sí, hemos ampliado un poco el mural. – Oigan, ¿desde cuándo existe elrestaurante? – Oh, pues ya serán unos diez años. – Sí. Son exactamente diez años. – ¡Qué locura! Pronto seránuestro décimo aniversario. – O sea, casi olvidamos el aniversario. – Es mejor que no os caséis.Olvidaríais la fecha del aniversario. ¿Qué queréis por el aniversario? – Boah, ni idea. – Yo sí tengo una idea: quiero una fiestacon mucha gente y música. – Suena bien. ¡Hey! Hemos olvidado otra cosa. Uno foto de nuestro futbolista estrella. – No es grave... – Ah, no nos referíamos a ti. – Oh… – ¡Claro que nos referíamos a ti! ¿Inge? ¿Podrías tomarnos una foto a los tres? – Claro. – Colócate en el centro. – Sí, sí, sí. – Querría un café.Pero para  llevar, por favor. Hay mucho ruido aquí. – Lo entiendo. Enseguida le preparo el café. Esta ciudad me vuelve loca.¿Y qué haces aquí? – Te he traído flores. – ¿Mala conciencia? – No quiero pelearme contigo. – Ajá... – ¿Y cómo anda el negocio? – Con este ruido, más clientes de los que ya tengono voy a conseguir. Parece una autopista. No, en realidad hay tanta bullacomo en un aeropuerto. Creo que me mudo al campo. Los alquileres también son más baratos. – ¿Hablas en serio? – Sí, el campo me parece más bonito,y hay menos tráfico. Además el aire es más limpioy seguro que no hay tanto ruido. No hay obras, ni embotellamientos… – Yo prefiero vivir en la ciudad. Para mí es importante poder salir de noche y encontrarme con amigos o ir al cine. Eso es una ventaja en la ciudad. – En el campo puedes salir de noche igual que en la ciudad. Sales y visitas a tus vecinos. – Yo no conozco a mis vecinos. – En la ciudad, no.Pero en el campo todo el mundo se conoce. – Pero en el campo no hay cines,ni teatros, ni bares… – Vale, vale... 2,30 euros, por favor. – ¿De verdad estás buscando piso? – Claro que no. Pero me interesan las ofertas. Para saber cómo está el mercado. – Ese es bonito. – ¿Te parece? – ¿Cuánto cuesta? – 1200 euros sin gastos adicionales. Es decir con gastosserán seguro 1500 euros. – ¿Qué? ¿Y dónde está? En un pequeño barrio en las afueras.Entorno muy tranquilo, rodeado de granjas… – Es decir, apesta. – La ciudad apesta. Este piso es bonito: Buhardilla, parcialmente amueblada,60 metros cuadrados. – ¿Precio? – 550 euros con calefacción. – ¿Hay que pagar una fianza? – Seguro. Dos alquileres, sin gastos. – Suena bien. ¿No quieres ir a verlo? – No, te dije que solo estaba mirando. – A veces no hay que dejar pasarla oportunidad. – Sí, y a veces la oportunidad responde: "No voy a hacerte una página web, porqueno eres lo suficientemente importante." – La familia es importante para mí. – ¿Ah sí? – Sí. Y puedo demostrártelo. – ¿Cómo? – Tengo un trabajo... para Nico. – ¿Un trabajo? – Sí. Y quería preguntarte si tú...… bueno, si tú … – ... si yo puedo decírselo? – Sí. – De ninguna manera. – Él a ti te quiere. A mí no me escucha. – Pero creo que eres tú quien debe intentarlo. Si el trabajo es bueno,seguro que te escuchará. – ¿Qué? De ninguna manera. Puedo encontrar un trabajo yo solo.No necesito tu ayuda. – ¿Dónde ponemos la estantería? – En la parte de atrás de la plataforma. – Okay. Entonces colocamos los colchonesjunto a la estantería. ¿Dónde colocamos las cajas?¿Hay ahí algo que se pueda romper? – No, en realidad no. Las cajastambién pueden ir en la parte trasera. Las colocamos detrás de la estanteríadirectamente en el suelo. – Okay. Ponemos las cosas pequeñasa un lado. – Hey, Selma. – ¡Nico! ¿Qué haces aquí? – Quería saber por qué cancelaste nuestra cita. – Yo no cancelé la cita.Fue mi madre. – ¿Tu madre? – ¡Sí! Yo quería encontrarme contigo. Y me preguntó a dónde iba. Entonces le dije que ibaal curso de alemán. Y me pilló en la mentira. – ¿Qué? ¿Pero por qué? – Nico, ahora no puedo explicártelo. Tengo muchos problemaspor eso con mis padres y no tengo permisopara encontrarme con extraños. – Pero yo no soy un extraño. – Para mis padres sí.No pueden verte aquí. – ¿Selma? – ¡Oh, no! ¡Mi padre! – ¿Selma? – ¡Papa! ¿Todo bien? – Sí. El ayudante es muy amable. – Papa, no hagas mucho esfuerzo. Tú sabes que debes descansar.Recuerda que has estado en el hospital. – No te preocupes. Disculpe, ¿nos echa una mano? No lo había visto. – Este hombre acaba de pasary se ha ofrecido a ayudarnos. – Sí, con gusto. – Es realmente muy amable. – Pero no puede ser. – ¿Por qué? – Porque no estás asegurado.Podría pasarte algo. – Eso no es problema.Seguro que no pasa nada. – Eso se piensa siempre. Pero una mudanza es peligrosa, porque unopuede hacerse daño muy fácilmente. Te puedes golpear la cabeza. Un armario te puede caer en un pie. Puedes resbalarte la escalera. Puedes cortarte con un vidrio. Yo incluso ya he visto como alguiense ha quemado con la calefacción. – ¡Selma! – ¡De verdad! – Okay, si es así, pues...que les vaya bien. – Tú sí que te adaptas rápido, Selma. – En mi juventud,el truco no te hubiese funcionado. – ¿Qué? ¿Cuál truco? – Pues, ese del móvil. – Estoy muy contento de que me hayasllamado. Sí, y de recuperar mi teléfono. – ¿Pero hace 50 años? Éramos jóvenes y no teníamos móviles. – Sí. Antes no era tan fácil.Pero ya había teléfonos. Nuestros vecinos tenían uno.Nos dejaban utilizarlo de vez en cuando. Pero mi padre no podía llamar desde ahía su casa en Francia. Era muy caro. Tenía que comunicarse por cartacon su familia y sus amigos. – Es verdad. Hablar por teléfono antesera mucho más caro que hoy. – Cuando éramos jóvenes era todo muydistinto. – Sí, y no teníamos internet.No había tantos autos. Y la gente tenía más tiempo. A veces me parece una lástimaque ahora todo vaya tan rápido. Estás siempre disponible y llegas siempremuy rápido a todos lados. – Cuando yo era niño,íbamos de vacaciones en tren. En ese tiempo no tomábamos el avión.Qué tiempos aquellos. A veces uno no podía vera su gente durante años. Pero luego... volver a verseera algo muy especial. – Sí. A veces desearíaque volvieran los viejos tiempos. – ¿200 años te bastan? – Qué bonito.Fue una idea extraordinaria. – Es increíble cuánto ha cambiado la ciudad. Hace 40 años estuve por última vez aquí. En ese tiempo el centroera mucho más pequeño que hoy. – Oh, Dios mío.¿El nuevo ayuntamiento ya existía entonces? – Seguro que no.Muchos edificios aún no habían sidoreformados. – Mhm. – La ciudad es mucho más bonita ahora. – Pero es que la calesano pasa por los lugares horribles. – Eso es verdad. Pero de verdad que ha cambiado mucho. La calle comercial, por ejemplo,ya existía la última vez que estuve. Pero ahora se ve completamente diferente. Antes era mucho más pequeña que hoy. – Es que antes las tiendasno eran todas iguales. Eso me gustaba más. – Sé de qué hablas. - ¡Todo está tan bonito!Pero debo volver a casa. – Por supuesto. Te acompaño. – Tonterías. – Como tú prefieras. ¿Volveremos a vernos? – Tú vives en Francia. – Pero quiero abrirun restaurante en Alemania. ¿Por qué aquí? Voy a estudiarla situación las próximas semanas. – De acuerdo. – Oh, ¡perdón! – ¡Más rápido! – ¡Espera! – Oh, no. ¡Nico! – Tú puedes. – No, no puedo. Oh, Dios mío. Gracias. – Estuvo muy bien. Eres... – ...¡un genio! – Sí. La semana pasada no sabíasandar en bicicleta. Y ahora mira, está muy bien. ¡Estupendo – Gracias… Es muy divertido. – Selma, ¿por qué... tus padres no quieren que nos veamos? – ¿Qué? No, lo que… Lo que no quieren es queme encuentre sola con hombres. – Pero eres mayor de edad.Puedes hacer lo que quieras. – En nuestro país, por ser mujer,no puedo encontrarme con alguien así sinmás. No es posible. – Cuando mis padres eran jóvenes,tampoco podían, pero hoy... – En nuestro país aún es así.Mis padres... – Yo tampoco me llevo muy biencon mis padres.. – ¿Por qué tampoco? Yo amo a mis padres. – ¿Pero...? – En Siria, hoy en día,en ciertas familias tradicionales, el hombre tiene otras obligaciones diferentes a la mujer. La mujer, por ejemplo,se ocupa de las tareas domésticas, el hombre va a trabajar. Mi familia espera de míque respete nuestra tradición. – Pues entonces... ¿Has dicho esta vez la verdad? ¿Saben tus padres dónde estás? – Venga, otra vez. – ¡Frena! – ¿Cómo?– ¡Frena! – ¿Cómo?– ¡Ahí! ¡Frena, frena! – Lo siento… – No pasa nada. – ¿Y? ¿Qué opinas? – Perfecto. Después de una semana... ¿Aprendes siempre todo tan rápido? ¿Hacías deporte antes?En Siria, quiero decir. – Bueno, jugaba baloncesto con mis amigas. – ¿Baloncesto? ¿No está prohibido? – No. Pero no es muy usual. – ¿Y aparte de esonunca hiciste otro deporte? – Sí. Bailé por muchos años. – ¿Bailabas?– Sí. – Venga, muéstrame. – ¿Qué? ¿Aquí? – Pero claro. – De ninguna manera. Además sin música no es posible. ¿Qué haces? – Pues hacer música. – Tengo que irme. – Okay. Y… ¿cuándo seguimos practicando? – Yo te llamo. – ¿Estuvo bueno? – Muy bueno, muchas gracias. – Deja, deja, la casa invita. – Pero yo soy el hermano malo.¿Lo has olvidado? – Pero no eres mi hermano malo. – Gracias. – ¿Pudiste hablar con Nico? – Más o menos. Desde hace varios añosnuestro contacto es escaso. – ¿Por qué? – Es una historia larga. – Hm. Tengo tiempo. – Soy el mayor y siempre fuiel preferido de mis padres. Después de la escuela entré a la universidad,algo que Nico no quiere hacer. Acabé la carrera con una nota muy alta. Entonces vine a Alemania,para fundar mi propia empresa. – Guau. – Nuestros padres estaban muy orgullosos, pues siempre habían querido un médico,un abogado o un empresario en la familia. Mi padre siempre nos dijo: "tenéis que estudiar medicina, ingeniería oleyes. Eso es lo que tiene futuro." – Y Nico no quería eso. – Nico no tiene madera de académico. Nico quiere cosas concretas y prácticastanto profesional como personalmente. Siempre ha querido estudiar un oficio manual. – Entiendo. Pero no puede serel motivo por el que no te habla. – No. El motivo es que yo nunca lo apoyé. – ¿Y ahora quieres resarcirlo? – Ni idea... – La confianza no es algoque aparezca de la noche a la mañana. – Lo sé. Puedo esperar. – ¿Y tu empresa? ¿A qué se dedica? – Desarrollamos aplicacionesy todo en torno a sistemas digitales. – ¿De verdad? – Sí, ¿por qué? – Hace tiempo que me ronda una idea… – A ver, ¿qué informaciones debe incluirun currículum? – ¿Nombre y dirección? – Muy bien. ¿Qué más? – Lugar donde estudié. – Exactamente, la educación. Hay que incluir a qué tipo de escuelaasistieron en Alemania. O a qué tipo de escuelafueron en su país de origen. Ahí hay que poner el tipo de título queobtuvieron. Si es un bachillerato u otro tipo de título,hay que incluirlo. – ¿Las prácticas son importantes? – El plural de "Praktikum" es"Praktika" porque es una palabra enlatín. Pero sí, las prácticas son importantes. También la experiencia laboral.¿Habéis hecho una formación? Si habéis estudiado en el extrajerotambién es interesante. Eso siempre queda bien. – También el nivel de alemán. – Sí, erfecto. Es muy importante. En el apartado "Idiomas",hay que anotar todas las lenguas que habéis aprendido. Los conocimientos de informáticatambién son importantes. Podéis anotar tambiénvuestros intereses y aficiones aunque eso no es indispensable. Muy importante es que se veaclaramente lo que sabéis hacer. Okay, entonces, comencemos. Al final de la horaquiero ver todas las hojas de vida. Y si tenéis preguntas, aquí estoy. "Hola, Lisa. Mi padre y yonecesitamos tu ayuda. ¿Tienes tiempo?" Te llamo en media hora. – Veamos, usted quiere postulara un puesto de trabajo. – Así es. – ¿En dónde? – En un restaurante de comida rápida. – Okay. – Mi papá, en realidad, es médico pero todavía tiene que aprobarun examen de alemán, para poder trabajar en Alemania. – Selma… – ¿Qué pasa? – Eso no le incumbe a nadie. – Lisa quiere ayudarte, papá. – Entonces, lo primero es llamar y luego vendráuna entrevista personal, ¿verdad? – Sí, eso es. – Bueno, entonces primero la llamada.¿Qué diría usted al teléfono? – Buenos días, soy Ibrahim Al-Pascha. – Mhm. – Llamo porque querría solicitar un puesto. – ¿Cuál? – De empleado en elrestaurante. – Okay. Pida cita para una entrevista. – Querría saber si me puede daruna cita para una entrevista. – Es mejor: ¿Podría decirme cómo puedo concertar una citapara una entrevista? Suena más amable. – Okay. ¿Debo hablar de mis cuali … – ...cualificaciones? Solo si se lo preguntan. De lo contrario esose trata en la entrevista de trabajo. – Para eso también tenemosque prepararnos. ¿Conoces a alguien que sepacómo se desarrollan esas entrevistas? – Creo que incluso conozco a un empresario que hace regularmente entrevistas de trabajo. – Veamos, señor Al-Pascha.Tengo otras cincuenta solicitudes. ¿Por qué debería contratarlo a usted?¿Cuáles son sus fuertes? – Soy fiable.Me gustaría trabajar en su empresa. – ¿Sabe trabajar en equipo? – Disculpe, ¿puede repetir la pregunta? – ¿Sabe trabajar en equipo? – Sí, en Siria siempre trabajé en equipo. – ¿Qué hacía en su país? – Soy médico. – ¿Médico? Entonces seguro tieneuna especialidad, ¿verdad? – Soy urólogo. – Ajá. ¿Tiene experiencia en trabajar por turnos? – Por supuesto. Me gustaría trabajar por las tardesy por las noches, porque por las mañanasestoy haciendo un curso de alemán. – No hay problema. ¿Querría una plaza o media plaza? – Una plaza. – Hm… Lo veo entonces el lunesa las 14h en el restaurante. Ahí aclaramos todo lo que falta. – ¿Significa eso que...? - La plaza es suya.Primero con un contrato por tres meses. Bienvenido al equipo, señor Al-Pascha. – ¡Gracias!- Lo ha hecho muy bien. Saldrá bien, ya verá. – ¿Te gusta ir al teatro? – En realidad, sí. Pero no tengo tiempo. – Oh… Perdón, solo estaba repitiendo. – Ah. ¿El tema de la lección es el teatro? – Arte y cultura. Se trata de literatura, teatro y pintura, pero también de... poesía y novelas. – Bien. – Bueno... – ¿No te interesa mucho la cultura? – Me gusta ir al cine,pero el teatro me parece bastante aburrido. – ¿Y la música?También te interesa la música. – Sí, totalmente. – ¿Has estado ya en algún festival? – No. Pero en verano quiero ira un festival al aire libre. – Mhm. El grupo ha cancelado. – ¿Qué? ¿Ahora? Nuestros invitados lleganen un par de horas. – Sí, lo sé. Pero el cantantese ha puesto enfermo. – ¿De qué grupo hablan? – El restaurante festejasu décimo aniversario, y habíamos contratado a un grupo. – ¿Ahora no tenemos programa? – A tan corto plazo no vamos a encontrar… reemplazo. – Ah… – ¡Oh! No, no, no. De ninguna manera. – ¿Nico? – [No.] – Venga. – [No.] – Sí, okay, en dos horas. Te recojo. Yo también me alegro mucho. Hasta ahora. No puede ser verdad. – Buenos días. – Buenos días. ¿Ve usted? No quiero que el cubo de basuraesté delante de mi tienda. ¿Cuántas veces más tendré que repetirlo? – Yo creo que usted debería relajarse y… – ¿Relajarme? – Sí, Además justo venía a verla,porque… – No tengo tiempo para discusiones. Me llega visita y tengo queorganizar una visita a la ciudad. – Oh, quizás pueda ayudarlay darle algunos consejos. En todo caso debe visitarel castillo de la ciudad. La exposición de Dürerestá muy bonita. – Gracias, pero yo… – En el "Teatro Pequeño"también estrenan programa. Me interesa mucho verla nueva interpretación de Fausto. ¿Usted conoce el Fausto de Goethe,verdad? – Sí, por supuesto. Pero ahora... tengo…- Mire, fíjese usted: Un crítico escribió en el diario, mire: "El Fausto de Goethe entusiamóal público en la noche del estreno". Sí, hubo muchos aplausos: "Los actores tuvieron quevolver a salir tres veces“. – Sí, muy bien. Pero… Las pinturas medievales del MuseoMunicipal son algo que hay que ver. ¡Pinturas muy bellas! Pero en ninguna guía de la ciudad lo pone. De ninguna manera vayaal Museo de Arte Moderno. No vale la pena. – ¿Y? ¿Qué te pareció la exposición? – Aceptable. El castillo esrealmente impresionante, pero la exposición carece de interés. – No estás ni cuatro horas aquíy es como antes, cuando todavía estudiábamos. – Es verdad. – ¿Cuánto tiempo te quedas? – No mucho. Estoy haciendo un giray pensé en pasarme a decirte hola. – Qué bien que estés mejor... – Echo mucho de menos a mi padre, Yara. Pero él siempre quiso que conociese mundoy ahora lo estoy haciendo. Muchas gracias por las últimas semanas. Me alegró tanto que estuvieras allí. ¿Qué hacemos ahora? – Hay un pequeño museoque seguro te gustará. Un conocido compositor de esta ciudadvivió ahí. Compuso muchas piezas para violín y piano y, eehhh, murió hace bastantes años. Nunca he estado ahí,¿te apetece que vayamos? – Sí, okay. – Bueno, esta noche hayvarias cosas. En la Casa de la Patria hay música folklórica… – De ninguna manera. – A ver, aquí hay rock en un club …. – Suena mejor. – Sí, pero la cantante es bastante popular. Creo que no habrá entradas. – ¿No se pueden comprar en taquilla? – Creo que no… – Qué pena. ¿Qué más hay? – Hay un musicalo podríamos ir al teatro. En la taquilla del teatroseguro que quedan entradas. – Suena bien. – ¿Tienes ganas de conocera mi sobrino Nico? – ¿Por qué no? – Sorry, sorry,…– ¡Lisa! – Queridos invitados, queridos invitados, y ahora un pequeño conciertode nuestros buenos amigos: ¡Lisa, Sebastian y Nico! ¡Divertíos! – Sigue tu camino.Dime de dónde vienes… – …y a dónde vas. ¿Cuál es tu camino? – Sigue tu camino. Dime de dónde vienes y hacia dónde vas. ¿Cuál es tu meta? ¿Cuál es tu meta? – Nico, estuvo espléndido. – Súper, muy bien, de verdad. – Gracias. – Nico, esta es Sarah. Yo estaba en casa de Sarah en Zúrichcuando llegaste a buscarme. – Oh, okay. Me alegra conocerte. – Vamos a hacer fiestasmás a menudo. Por ejemplo, el próximo añohemos pensado en Halloween. – Oh, entonces necesitáis muchas calabazas. – Sí. – Porque un Halloween sin calabazasno es Halloween, ¿verdad? ¡Lo recuerdo! Nosotros  en otoño solíamoshacer muchos platos con calabaza. Por ejemplo sopa de calabaza,tarta de calabaza, mermelada de calabaza, muffins de calabaza, pan de calabaza,cerveza de calabaza, calabaza al… – Vale, lo vamos a lograrcon las calabazas. ¿En dónde habéis celebradoeste año Halloween? – ¿Nosotros? No celebramos Halloween. – ¿Qué? Pues el próximo año lo celebráisaquí. – ¡Eso!– Además queremos celebrar también St. Patrick’s Day y el día de San Valentín. – El día de San Valentín me gusta. – ¿Y con quién quieres celebrar túel día de San Valentín? – ¿Con quién?– Sí. – Ya veremos. – Ajá… – St. Patrick’s Day se celebra en Irlanday Halloween en Estados Unidos. Deberíamos celebrar tambiénfestividades alemanas. – ¿Te refieres al carnaval? Todo el que venga disfrazadorecibe una bebida gratis. – También podemos celebrar la vendimia...Eso podríamos hacerlo en la primavera. Podemos ofrecer durante una semanavinos de la región, vinos jóvenes. – ¿Qué les parece la Oktoberfest? – Sí, tú te pones pantalones de cuero. O tú te pones el vestido típico de Baviera. – Eso es más bien un disfrazpara Halloween… – Sí. – Bueno, aquí tienen. – Gracias. – Y... Sarah, Yara, Lisa, ¡venid! ¡Nico! ¡Nico! Diez años del Marek. ¡Salud! – Salud. Salud. – ¿Qué pasa? – ¿Estás loca? – ¿Te has vuelto loca? – ¡Estás embarazada!¡No puedes beberalcohol! – Lisa, no te metas en esto.No es asunto tuyo. – No voy a dejar de metermesi eres así de irresponsable. – ¡Ach! Pero cuando se tratade acompañarme a las revisiones ahí sí que no te metes.Tú me dijiste que me ibas a ayudar. – Nina, tengo un trabajo.No tengo mucho tiempo. – Imagínate que hay otros seres humanos,que también trabajan. Trabajan y a pesar de eso tienen tiempo.Algunos incluso tienen hijos. – Sí, y también hay seres humanosque tienen más cuidado en el sexo para no tener que pasar tiempoen el ginecólogo. Discúlpame, he dicho estupideces. – Nina… Nina... Estás... ¿embarazada? – Sí. – Pues, felicitaciones. – No puedo tener un hijo ahora. – Nina… – ¿Sabes qué? Dario ha cortado conmigo. – ¿Qué? – Sí. ¡Uuuh! Increíble cuánto te interesaspor lo que me pasa. – ¿Qué significa "schwanger"? – Ha sido la mejor velada en mucho tiempo. – A mí también me lo parece. ¿Te acuerdas de las súper fiestasde aquellos tiempos? – Oh, sí. Nuestros vecinos aguantaron lo suyo. Por suerte se quejaron pocas vecesdel volumen de la música. – Las fiestas en el Pudelcluberan las mejores. Nunca nos fuimos a casa antes del amanecer. – Y después de una buena fiesta,tampoco nos fuimos nunca solas a casa. – Tú no. Yo era muy formalita. – Echo de menos los viejos tiempos. – Sí, hay cosas que echo de menosy otras que no... – ¿Qué quieres decir? – Pues, que soy feliz. ¿Por qué tendría que extrañar otra cosa? – Solo puedes ser feliz,si eres capaz de echar de menos algo. – Bueno, siempre fuistela más lista de las dos. – Tonterías. Me gusta tu tienda. – A mí también.– Cuídate. – Fíjate: ¿a quién le regalo qué? Te doy un ejemplo:yo te regalo un bolígrafo. – Okay, ahora yo. Yo te regalo…un diccionario. – Muchas gracias. Lo has hecho muy bien. Sigamos: ¿qué le regalas a tu padre? – Un momento... Okay. "Der Vater" es un sustantivo masculino. El pronombre personal es "er". Ahora necesito el dativo de "er",que es "ihm". Ich schenke ihm ein Ticket fürs Theater.[Yo le regalo un billete para el teatro.] – ¡Súper! Sigue. ¿Qué le vas a regalara tu madre por su cumpleaños? – Yo le regalo un dvd. – Muy bien. ¿Y qué le regalas a Nico? – Buenos días. – Hola, mamá.– Hola, Selma. – A ver, Selma, última pregunta:¿a quién invitas a tu cumpleaños? – "einladen"... un momento.Con "einladen" se usa acusativo. Es decir, yo te invito. – ¡Muy bien! Y muchas gracias. – Ya puedo comenzar a escribirlas invitaciones para mi cumpleaños. – ¿Cuándo es tu cumpleaños? – En unas semanas. – ¡Mira! ¿Y ya has planeado algo? – Me gustaría ir a patinar sobre hielo. – ¿Patinar sobre hielo? – Sí, nunca lo he hecho.Y me gustaría intentarlo. – El padre de Selmatiene que dar su permiso. – Sí, claro. ¿Cómo está?¿Le dieron el trabajo? – Sí. Está trabajando. – Ah, muy bien. Sí, hemos acabado por hoy.Hasta la próxima. Puede estar orgullosa de su hija. – Lo sé. – ¿Yara? – ¿Sí? – Lisa me ha dicho que prontoes el cumpleaños de Selma. – ¿Selma? – Una amiga.Querría hacerle un regalo.. – Ajá. – Quiero regalarle una bicicleta. – ¿Qué? Tú no puedes permitírtela. – No tiene que ser una bicicleta nueva. – ¿Has pensado en una de segunda mano? – Sí, quiero regalarleuna bicicleta de segunda mano. – Pero igual es algo bastante costosopara un cumpleaños. – Quiero darle una sorpresa. – Es muy amable de tu parte. Pero quizás deberías invertir más tiempo en buscar trabajo. – No te preocupes. Pronto encontraré algo. – Seguro. Hasta eso tienes que darle a tus amigasregalos más baratos. – Por favor, tía Yara.Seguro que puedes encontrar... … una bicicleta usada. Te la pago lo más pronto posible. – ¿Cuándo es su cumpleaños? – Pronto. Hoy lo averiguo. – Está bien. – Gracias, gracias, gracias. – Vale. Está bien. Ahora ven, échame unamano. – Pero tú no lo conoces de nada. Nico odia a su hermano. – Nico no odia a su hermano. Es complicado,pero en realidad Pepe es simpático. – Seguro… – Y conoce el negocio. Es la oportunidadpara realizar mi idea. – Exactamente. Tu idea. Yo no estoyconvencido. – Chicos, necesito que me ayudéis. – Inge, ¿qué te pasa? – Tengo un problema inmenso. – Sí, a ver, primero siéntate... – Tengo una cita con Jacques. – Oh… – No es gracioso.Lo he invitado a casa. – ¿Y qué? – Le dije que iba a cocinar. – Uuhh… – Jacques no sabe lo mal que cocino. Él es dueño de restaurante. Seguro que después de esa cenano quiere volver a verme. – Inge, tan tonto seguro que no es. Además solo tienes que calentar la comida.Nosotros preparamos todo. – ¿Carne con col lombarda y albóndigas?- Sois mis tesoros. – Hm… Inge, esto está magnífico.Me recuerda a Pascua. – ¿Pascua? – Sí. En nuestra familia por Pascua siemprehabía rollos de carne para la comida. – ¿No había conejo? – Sí, una vez. Yo era muy pequeño y penséque nos comíamos al conejo de Pascua. Lloré tanto que mis padres no volvieron a hacer conejo. De niño, para mí las Pascuassiempre fueron una gran celebración. Mis padres escondían huevos de colores por todo eljardín  y a veces también chocolate y a mí me tocaba buscar. ¿En tu casa también habíahuevos de colores para Pascua? – Por supuesto. Pero mi fiesta preferidasiempre fue Navidad. – ¿Quién traía los regalos en tu familia?¿Papá Noel o el Niño Dios? – El Niño Dios. – Sí, en mi familia también. – Pero los regalos no eranlo más importante. Günther y yo siempreadórnabamos juntos el árbol de Navidad. Todos los años, los domingos de Advientohabía "Stollen" y encendíamos las velasde la corona de Adviento.. – Qué bonito. – Era muy bonito. ¿Pero sola? La Navidad no es una fiesta bonita,cuando uno está solo. – Celebrémosla juntos, entonces. No aquí... Vámonos de viaje. Una aventura de Navidad. – ¿Estás hablando en serio? – ¡Absolutamente en serio! – Pues sí, sería bonito. – Hola, Nico! – ¡Pepe! – ¿Qué tal? – Okay… Me dijiste que… – Tengo un trabajo para ti, sí. Pero me colgaste. – Lo siento. Cuando llamaste,estaba en una situación un poco tonta. – Okay. – ¿Lo del trabajo, todavía está vacante? – Sí. – Y… ¿Qué clase de trabajo es? – Es una práctica en un estudio de cine. – ¿En un estudio de cine? – Sí. Un equipo de cine viene a filmaruna serie de actualidad para la tele. Puedes trabajar con ellos. – ¿De verdad? – Sí, de verdad. La serie es bastante divertida. – Y ... ¿Qué me tocaría hacer? – Se trata de que ayudesen lo que se necesite. Haces café para todos. Cuidas de quelos peatones no se crucen en las tomas. Ese tipo de cosas. – ¡Magnífico! Me encantan las series. – Depende. Yo prefiero ver documentales. – ¿Podrías…? – Tengo que llamar a la gentecon la que hablé y confirmarles hoy mismo. De lo contrario, la oportunidad se pierde. ¿Entonces? – ¡Okay! Gracias. – Con gusto. – Muy bien, así quedamos. Muchas gracias.A vosotros también. Ciao. – ¿Y? – A partir de la próxima semanatrabajas en el sector del cine. – Cool. Y dices que es una serie. ¿Sabes de qué va? ¿De qué trata? – Es una serie policíaca,pero no es muy seria. Es más una comedia policíaca. – Una comedia policíaca. – Sí, comedia. Una comedia. En la serie hay un comisario, que está obligado a trabajarcon su enemigo. Por lo general es muy graciosa.De vez en cuando se pone trágica. Me gusta ver esa seriecuando no pasan documentales. – Suena interesante. – Creo incluso que el guiónestá basado en una novela. La serie es la adaptación cinematrofráfica de una novela. – ¿Y dónde se puede ver la serie? – Pues en televisión.En internet también, creo. – Bien. Comienzo inmediatamentea ver la serie. – Muy bien. Prepararse es muy importante. – En la industria cinematográfica… – ¡Hola hola! – ¡Hey! – Acabamos de rodar la serie. – Nico, felicitaciones. – ¿Y qué es eso? – Una claqueta de cine.Me la regaló mi jefe. Todo el equipo la firmó: los de la iluminación, los actores, los técnicos,los sonidistas, incluso el director. – Un regalo de despedida genial. – Cuando yo trabajé en la producciónde una película como chófer no me dieron algo así. – Quizás no fuiste lo suficientemente buenoy todos se alegraron de que te fueras. – Gracias, Max,por ocuparte hoy de los platos. – Ah… – Me dejaron actuar en una escena. – ¿Qué? ¿De verdad? – Mhm. Era un papel muy pequeño,pero fue súper divertido y tengo mucho talento. – Nico, la estrella. – Se trataba del final de una persecución. El comisario está cansado, corre y se chocacon un peatón. El peatón soy yo. – ¿Tenías que decir algo? – Mhm, sí: ¡Pero tenga cuidado! Luego ayudo al comisario a ponerse de piey vuelve a salir corriendo y logra agarrar al gángster,gracias a mi ayuda. ¿Qué quieres que haga con esto? – Quiero un autográfo,antes de que te vuelvas famoso. – Aquí tienes, lo de la bicicleta. – Te han pagado el salario. –  Mhm. Y me han dadouna muy buena carta de referencia. – Guau. Felicitaciones. Muy bien. – Gracias. He pensado que quiero trabajaren el  mundo del cine. – Okay. – Podría ser actor. Hay muy buenas escuelas de actuación enAlemania. – Para... ¿Te lo has pensado bien? – Bueno es que... es muy divertido. – Tengo un amigo que es actor. Es bastante famoso e incluso ha ganado un premiocinematográfico por alguna de sus películas. – Guau, ¿en serio? – Sí. Y desde hace un añono tiene trabajo. – ¿Qué? – La mayoría de los actores ganan tan poco que tienen que hacer varios trabajos a la vez. Yo voy a apoyarte, Nico. Si es eso lo que quieres, entonces loconseguiremos – ¡Selma! – Hola, Nico. ¿Qué sucede? Tuve que volver a fingir ante mis padresque tenía curso de alemán. – Lo siento mucho. – Van a ponerse furiosos,si se enteran de dónde estoy en realidad. – Me alegro de que hayas venidoa pesar de todo. – Yo también me alegro mucho de verte. – ¡Espera un momento! No te muevas. ¡Feliz cumpleaños! – ¡Oh Dios mío! – Tenía la impresiónde que podría serte de utilidad. – ¡Qué alegría! ¡Una bicicleta tan bonita! ¿De verdad es para mí? – Mhm. – ¡La bicicleta es preciosa! ¿Y si mis padres preguntan,de dónde la he sacado? – Cuando tus padres pregunten de dóndesalió  la bicicleta, les dices simplemente que te la dio Lisa. – Pero si mis padres la contactanpara agradecerle la bicicleta se va a sorprender mucho. – Lisa lo sabe todo. – ¡Fantástico! Y esta tarde sí me dejanir a patinar sobre hielo. Va a ser genial. – ¿Tu padre te dio permiso? – ¡Este es el mejor cumpleañosque he tenido en mucho tiempo! – Entiendo, está enfadado por el cambioen la fecha de entrega. Sí, pero si el producto tiene que salir bien, el proceso a veces se demora un poco más. Va a ver que la espera valdrá la pena. Le pido que me comprenda. No. Okay, no tiene por qué.Pero, por favor, no se enoje. ¡Seguro que todo saldrá bien! El nuevo plazo está fijo. Gracias, muchas gracias. Oh, van a volverme loco. Aló, habla Pepe González. ¡Señor Al-Pascha!Me alegra oírlo. ¿Desde hace dos semanas está trabajando? Qué bien, magnífico. No me sorprende,usted estaba muy bien preparado. Por supuesto, cuando se le ofrezca. Mire qué gracia, señor Al-Pascha, justo estoy viendo a su hijacon mi hermano en el parque. ¿Quiere que salude de su parte a los tortolitos? Seguro que se sorprenderán. Sí, por supuesto, nos hablamos. Perfecto. Hasta luego y que vaya todo bien. – ¿La altura es la correcta? – Sí, está perfecta. Un segundo... ¡Oh no! – ¿Qué sucede? – Mi padre. No entiendo cómo sabe que no estoy en elcurso de alemán. ¡Está furioso! – ¿Qué? Pero... ¿cómo?? – Ni idea, Nico. Pero tengo que irme. – No puedo creer que él sospeche algo. – Yo sí lo creo. Lo siento. – Hey, Nico. ¿Pero por qué se va Selma? El señor Al-Pascha, su padre,me envía saludos para ti... Acabo de telefonear con él. – ¿Qué has hecho? – Telefoneé con el padre deSelma. – Y le dijiste que estamos aquí. – Sí. – No sabes lo que acabas de hacer.¡Eres un imbécil! – ¿Te has vuelto loco? – Todo estaba bien. Pero llegas tú, Selma está metida en un líoy la culpa es tuya. – No creo quetenga la culpa de nada. ¿Pero cuál es tu problema? – Los padres de Selma pensabanque estaba en su curso de alemán. No le permiten encontrarse conmigo. – ¿Ustedes son... pareja? – No, solo somos amigos, pero ya todo se fue al traste. – Nico, me siento... Lo siento tanto.Yo no lo sabía. – Simplemente no te metas en mi vida. – Eso, ¡venga! Tira, ¡para allá! ¡Ven, ven! Ah!Está jugando maravillosamente hoy. – Este Müller está hoy súper inspirado. Eso, es, patea.– ¡Dale! – Ah… – Una buena oportunidad… – Y vuelve. A correr, muchachos. ¡Así no corren unos campeones del mundo! – ¡Seguir, seguir! ¡No hay que darse porvencido! – El padre de Selma sabeque se encuentra conmigo. – ¿Y qué? Es mayor de edad. Y además sois solo amigos, ¿no? – No es tan fácil.Sus padres son muy estrictos. Se enfadan muchosi quedamos para vernos. Y si ellos se enfadan,Selma no puede salir. Y si Selma no puede salir,yo no puedo verla. – Ah… – Y si no la ves, pues...Te entiendo. Hoy has perdido,mañana volverás a ganar, ¿okay? – El patinaje se cancela.Todo lo demás, también. Sorry, Nico. – ¡Gol! – ¡Fuera de juego, fuera de juego! – Soy toda oídos: ¿qué es lo que tenéis enmente? – En realidad es muy fácil.Queremos ampliar el restaurante con entregas a domicilio. – Eso lo quieres hace tiempo. – Pero ahora he encontradoa alguien que me apoya. – Pepe. ¿De verdad? – Puede ser un negocio muy rentable. – Entiendo.¿Y qué pinto yo en la historia? – Quiero que el servicio de entregassea ecológico. – Por eso queremos hacer las entregasen bicicleta. Es ecológico y ahorra gasolina. – Cuando nieve no será posible,pero si no, siempre. – Y queréis bicicletas de mi tienda. – Sí, pero no solo bicicletas. El negocio debe ser rentable para ti también. – ¿Cómo? – A ver, entras en el proyecto como socia y participas en las ganancias. – El riesgo también se comparte. – Si nuestra propuesta te parece demasiadoarriesgada, entonces solamente alquilamoslas bicicletas en tu tienda. Y en nuestra publicidad y en la aplicaciónhacemos propaganda para la tienda. – La idea es buena. Pero en este momento no puedo pedir uncrédito. – Eso quizás ni siquiera sea necesario. – ¿Por qué? – Conozco un inversionista que tendríainterés. – ¿Inversionista? ¿Qué volumen tendrá el servicio de entrega? – Pues, lo más grande posible. – Bueno, y lo que único que faltaes que gente haga pedidos. – En concreto: primero tu empresa desarrollauna app para nuestra oferta. – Corrrecto. Entonces hacemos publicidady creamos una página web. Pero, claro, los clientes escogeny piden a través de la app. – Okay. La gente pide a través de la app y los pedidos se entregan a domicilioen las bicicletas de Yara. – En principio, todo correcto. – Lo especial es que la gente puede escogersi quiere un plato cocinado o solo los ingredientes. – ¿De verdad creesque la oferta tendrá acogida? – Pero por supuesto que sí. Además en la app se informasi los platos son veganos o vegetarianos o para gente con intolerancia a la lactosa.También tendremos esto en cuenta. – De verdad que aún no he visto algo así. – Sí, todo bien.¿Pero para qué queremos un inversionista? Quiero decir, no me pareceque tengamos que gastar muchísimo. – Si el concepto funciona,otros restaurantes podrían sumarse. Así podríamos hacer entregas en toda laciudad y en algún momento, quizás, en todo el país. – No sé... – Tarek, anda.¡Es nuestra oportunidad! – Y ese inversionista,¿cuándo podemos encontrarnos con él? – Si quieres y tienes tiempo, ahora mismo. – ¡Ya está! – ¿Has terminado? – Sip. Mañana voy a la imprentapara ver qué me proponen. – Maravilloso, es decir,a partir de mañana puedes volver a limpiar. Con Lisa ya no podremos contaren todo el año. – ¿Todavía no habéis hecho las paces? – ¿Y cómo...? – ¡Nico! Muy bien, viene de perlas.Así estamos todos. Y puedo hacer una propuesta. – Yo tengo que estudiar alemán. – Muy bien,uno que desaparece como el humo. – ¿Cuál es tu propuesta? – A ver: es evidente que nadietiene tiempo para el trabajo doméstico. – ¿Nadie? – Bueno, por lo menosno todos tienen la misma disponibilidad. Creo que deberíamos comprarnos un robotpara aspirar y ahorrarnos ese trabajo. – ¿Un robot para aspirar? – Sí. Sé que es muy caro,pero podemos dividir el gasto entre cuatro. Creo que debemos invertirpara que mejores el ambiente entre nosotros. – En mi opinión, ya tenemos yasuficientes robots en este piso compartido. – ¡Basta, Nina, ya está bien! Y yo creo que lo del robotes una idea muy tonta. – Pero si ni siquiera lo has visto. Pues, entonces, haz tú una mejor propuesta. – Mi propuesta es que yo limpio ahora el bañoy tú limpias la cocina. – Okay. ¿Podemos hablaracerca de robots para aspirar? – ¿Esperamos a alguien? – El sistema ha sido diseñado con precisión. Los pedidos tienen que ser atendidoscon rapidez y eficiencia. Para ello requerimos de una app establey fuerza laboral adicional. – Es posible que tengamos que ampliar lacocina. – Correcto. La entrega a domiciliodebe funcionar bien desde el comienzo. De lo contrario, nadie hace un segundopedido. – Estoy de acuerdo. – Eso… es bueno. ¿Tiene alguna pregunta? – De momento, no. – ¿Y qué le parece? – Lo pensaré. Y volveré a contactarlos en los próximos días. – ¿Qué? ¿Eso fue todo? – Sí. Ahora tenemos que esperar. – A mí esto no me huele bien. – Tarek… – Sí, sí, esperaremos.¿Alguien quiere algo de beber? – Sí. – ¡Selma! Lo siento, yo... – Nico… Nico… – ¿Qué haces aqui? ¿Saben tus padres que estás aquí? Selma… – Tengo que decírtelo personalmente... – ¿Qué…tienes que decirme personalmente? – No podemos volver a vernos, Nico. Lo siento, me gustas. – ¡Selma!

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