El cucharero. Transformación artesanal de troncos de boj en cucharas y tenedores | 1994 | Documental

El cucharero. Transformación artesanal de troncos de boj en cucharas y tenedores | 1994 | Documental

A mediados del pasado siglo, la abundanciade bojes en las sierras prepirenaicas sirvió de estimulo para el desarrollo de una industriaintroducida por cuchareros de Tortellá, que transmitieron sus conocimientos del oficio. Un siglo después, Pascual Mairal es elultimo heredero de esta tradicional industria en Las Almunias de Rodellar. El proceso comienza por el corte del arbustoa golpe de hacha, en luna menguante para que no se estropee con el tiempo, y antesde que la madera este en sapia. Este sirve para tenedores. Pero sabes por que, por que no tiene bastanteanchura para la cuchara, y el tenedor como es mas pequeño,de boca mas estrecha, pues sirve para eso. Este sirve nada mas para un toro que se lellama, lo demás es para tenedores, y este hasta aquí será para cucharas porquees mas recio. Siguiendo la experiencia, Pascual toma a lamano la medida de corte para aprovechar el máximo de material. Los trozos que por llevar algún nudo o tanose desechan, reciben el nombre de limosna. Ves esto es unalimosna, lo que sobra, lo malo, lo que es malo del boj, y hay otras que son maspequeñas aún. Tras el corte con la sierra al tamaño deseado,Pascual Mairal “fende” o parte las piezas en dos mitades llamadas “toros”. En el desbastado de las piezas queda marcadala figura de la cuchara. Antaño, en la época floreciente de esteoficio, la preparación de la madera se realizaba directamente en sitios llanos del monte oplazuelas, por personas que se dedicaban exclusiva y temporalmente a este trabajo. Las piezas desbastadas se vendían a lasindustrias cuchareras que terminaban el proceso. Pascual ha trabajado las piezas de bucho enel momento de su corte para mantener la humedad. Su dureza similar a la del hueso, no permiteuna labor en seco con las herramientas, lo que obliga al cucharero,en caso de secarse, a ponerlas a remojo en agua durante una semana antes de su elaboración. Manejada con habilidad, la cuchilla va configurandola forma de la cuchara. Trascollarse llama a esta parte del proceso y la buena elección de las bucheras al cortarlasfacilita todos los procesos posteriores. Esto es trascollar, luego después, una vezque le haya hecho la figura, afondar, y luego después arronsar y gubiar. En el barco de “gubiar” Pascual, a golpe de mazo y gubia, procede a “fondar” cada una de las cucharas. Es arronsar, hacerles la figuraya de todo a la cuchara (se hace en la cuchilla). Antes hemos hecho la demostración deque era cuchara, pero ahora va a ser rematada, o sea trescollala para rematarla. Gubiar se denomina al trabajo de repasar lacopa o cuenco de la cuchara, con un uniforme golpeteo de la gubia con el mazo. Cuando empecé yo a fondar, a lo mejor teequivocabas, se te iba el pulso y rompías lacuchara, conque para que no me la viera mi padre ni el abuelo, me la ponía aquí enla tripera, salía detrás de o molino, y latiraba allí. Todas las herramientas que en la actualidadutiliza Pascual Mairal, proceden de su abuelo y su padre, de quienes, como todo buenartesano, heredo su oficio y sus conocimientos. Esto se le llama "escabanadera". Pues ahora afinar la copa, lo que he gubiau. Ahora lo vas a ver Mira ves. Afinar, que se le llama escavanar. Sentado en el banco especial de los cuchareros,llamado caracol o tornillo, el artesano realiza la fase de rotar. Un repaso mas minucioso con la cuchilla de trascollar y la raspa, prepara las piezas para la fase siguiente. Hacer los fotones consiste en recortar la juntura de la boca con el mango de la cuchara, no teniendo otra finalidad que la meramente estética. A veces las dejaban como está esta, pero luego después para que quede mejor, se empezó a hacer los "fotones". Ahora los vamos a rotar por detrás. Esta alpargata la tengo hace tiempo, porque te tienes que apretar en el estómago para rotar por detrás, nos ponemos esta alpargata y no se te clava. No hay cuchara sin tenedor decían los viejos del lugar. Siguiendo un proceso similar al de la cuchara, el señor Mairal elabora el tenedor que formará su pareja. El tenedor se hace menos. Si la madera al serrarla no se astilla va bien, pero si se astilla se tira y a por otra. El secado al sol, entre 2 y 4 horas, facilita la fase final de pulimentación. Terminadas y secas las piezas, solo falta darles el toque final con el brillo. Esta fase la realiza una vez repasada la superficie con la lija, la raspa y la navaja. El brillo lo da por frotamiento de un hueso de animal con la pieza terminada. Es este uno de los muchos trabajos que el progreso y la industrialización, han relegado casi al olvido. Que mejor Epitacio para este oficio, que el descanso de las viejas herramientas que ocasionalmente mueven las manos de su último eslabón en las Almunias de Rodellar: el cucharero Pascual Mairal.

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